Actualizado 18/12/2014 20:20

Las aves pueden presentir los tornados y ponerse a salvo

Chipe alidorado
Foto: DOMINIC SHERONY/FLICKR

MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Aparentemente, el chipe alidorado o reinita alidorada, supo de antemano la aproximación de una tormenta con 84 tornados y que mató a 35 personas la pasada primavera en el este de Tennessee. Un estudio publicado en 'Current Biology' describe que estas aves abandonaron el lugar mucho antes de que llegaran las devastadoras tormentas.

   El descubrimiento fue hecho por accidente mientras los investigadores estaban probando si estas aves de poco peso podrían llevar geolocalizadores en sus espaldas. Con una gran tormenta, los pájaros despegaron de sus nidos de cría en las montañas Cumberland al este de Tennessee, Estados Unidos, donde acababan de llegar, para realizar un evento migratorio no planificado.

   En total, el chipe alidorado viajó 1.500 kilometros en cinco días para evitar las clásicas tormentas que producen tornados. "El hallazgo más curioso es que los pájaros se fueron mucho antes de que llegara la tormenta --destaca Henry Streby, de la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos--. Al mismo tiempo que los meteorólogos en el canal del tiempo informan de que esta tormenta se dirigía hacia nosotros, las aves fueron haciendo las maletas y evacuando la zona".

   Los pájaros huyeron de sus territorios de cría más de 24 horas antes de la llegada de la tormenta. Los investigadores sospechan que lo hicieron al detectar el infrasonido asociado con el mal tiempo, que se produce a un nivel muy por debajo del rango de audición del oído humano.

   "Los meteorólogos y físicos han sabido durante décadas que las tormentas de tornados generan un infrasonido muy fuerte que puede viajar a miles de kilómetros de la tormenta", explica Streby. Aunque los pájaros pueden recoger alguna otra señal, el infrasonido de las severas tormentas viaja exactamente a la misma frecuencia que pueden oír las aves.

   Los resultados muestran que las aves que siguen rutas migratorias anuales también pueden realizar viajes no planeados en otras épocas del año, cuando las condiciones lo requieran. Es probablemente una buena noticia para las aves, ya que se espera que el cambio climático produzca tormentas más fuertes y frecuentes, aunque probablemente les resulte un inconveniente, según los investigadores.

   "Nuestra observación sugiere que las aves no van a sentarse únicamente y mirar el cambio climático, sino que tal vez les irá mejor que lo que algunos han predicho", dice Streby. "Por otra parte, este comportamiento presumiblemente cuesta a las aves energía y tiempo que deben dedicar a la reproducción", añade este experto. El consumo de energía de las aves en el viaje es sólo una de las presiones que ejerce la actividad humana sobre las aves migratorias.

   Durante el próximo año, el equipo de Streby desplegará cientos de geolocalizadores en chipe alidorado y especies afines en toda su área de reproducción para averiguar dónde pasan el invierno y cómo llegan allí y vuelven.  "No puedo decir que estoy esperando otra severa oleada de tornados -dice Streby-- pero estoy ansioso por ver qué cosas impredecibles suceden esta vez".

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