BRASILIA, 24 Feb. (Notimérica) -
Brasil es el país más depresivo de toda Iberoamérica, según ha publicado en su último informe la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este trastorno psicológico afecta al 5,8 por ciento de los brasileños --unos 11 millones y medio de personas--, muy por encima de la media mundial, que se encuentra en el 4,4 por ciento.
En este informe, denominado 'Depresión y otros trastornos mentales comunes', la OMS incluye un listado de las tasas de depresión de los diferentes países de la región, enfermedad que, en sus casos más graves, puede llevar al suicidio.
Tras Brasil, el país iberoamericano con un mayor porcentaje de personas depresivas es Cuba, con un 5,5 por ciento. Le siguen de cerca Paraguay, con un 5,2 por ciento; Chile y Uruguay, ambos con un 5 por ciento; Perú, con un 4,8 por ciento; Argentina, Colombia, Costa Rica y República Dominicana, con un 4,7 por ciento; Ecuador, con un 4,6; Bolivia, El Salvador y Panamá, con un 4,4; México, Nicaragua y Venezuela con un 4,2; Honduras, con un 4; y, por último, Guatemala, con un 3,7.
El motivo de que esta sea una enfermedad creciente en el mundo se encuentra, entre otras cosas, en los orígenes sociales, según ha declarado el sociólogo brasileño Vinicius Sartorato. "La presión psicológica sobre los trabajadores para que logren siempre mayor productividad, dentro de una lógica de concurrencia y competición, muchas veces valiéndose de jornadas abusivas, demuestran una relación directa con enfermedades como depresión y ansiedad", ha explicado este.
Como otro motivo principal del desarrollo de este tipo de enfermedad mentales, Sartorato apunta hacia "la adicción actual a la tecnología, cada día más común", según ha informado 'Rusia Today'.
La OMS ha alertado sobre el peligro que supone la depresión, una enfermedad que padecen unos 322 millones de personas en el mundo. "Es una de las principales causas de discapacidad en el mundo", ha afirmado el organismo. Además, en determinadas ocasiones puede asociarse a casos de suicidio, una lacra que termina con la vida de unas 800.000 personas al año.