BUENOS AIRES, 24 Mar. (Notimérica) -
Desde hace tres semanas, los continuos cortes en las calles de la capital argentina provocados por las protestas contra las reformas del Gobierno de Mauricio Macri impiden el normal desarrollo de la vida en la ciudad. Los principales afectados son los ciudadanos que se trasladan en automóvil o en transporte público.
En Argentina los colapsos derivados de las protestas son una situación habitual desde hace años. Sin embargo, la situación se ha visto agravada en las últimas semanas debido a la lucha de fuerza entre los sindicatos de la educación y el Gobierno por lograr un acuerdo que no termina de llegar.
Según un informe de una consultora privada citado por 'El País', durante el pasado mes de febrero los bloqueos se incrementaron un 20 por ciento. En cuanto al mes de marzo, el día 15 ya habían sido contabilizados 62 cortes, una cifra que supera al total alcanzado en el mismo mes del año pasado.
Ante esta situación insostenible, son varias las medidas que tratan de reducir el impacto de las protestas. Según la secretaría de Transporte, el número de agentes trabajando en las calles se ha incrementado en 900 en el primer trimestre de 2017. No obstante, no parece ser suficiente y se sumarán otros 760 agentes.
El verdadero problema, según ha señalado el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, es el temor a disolver protestas multitudinarias, como la que tuvo lugar el pasado miércoles en la Plaza de Mayo. "No entraremos en provocaciones", ha dicho el alcalde, ya que es mejor evitar represiones polémicas que puedan terminar violentamente. Por el momento, se están intentando controlar los bloqueos más pequeños.
Ante los constantes reclamos de los ciudadanos porteños que piden una solución rápida, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha sido tajante, "si nosotros actuamos, que después no se critique", ha asegurado haciendo referencia al polémico protocolo que planteó en 2016, cuyo objetivo era despejar las principales vías colapsadas haciendo uso de la fuerza cuando fuera necesario.