Actualizado 31/03/2017 13:30

Carlos Juan Finlay, el médico cubano que la ciencia nunca olvidará

   LA HABANA, 3 Dic. (Notimérica) -

   Cuba conmemora este sábado el 183 aniversario del nacimiento de uno de sus médicos más célebres: Carlos Juan Finlay, el descubridor de la importancia del vector biológico a través de la transmisión de enfermedades por agentes biológicos, que aplicó a la fiebre amarilla revelando que el principal culpable del contagio de esta enfermedad era el mosquito Aedes aegypti.

   Nacido en Camagüey (Cuba), Finlay no logró entrar en la Universidad de La Habana y por ello estudió en el Jefferson Medical College en Filadelfia (Estados Unidos), donde se doctoró en 1855.

   Sin embargo, no fue hasta el 14 de agosto de 1881 cuando demostró que el agente transmisor de esta enfermedad era el mosquito Aedes aegypti, concretamente la hembra de esta especie, también conocida como mosquito Cuiex. Este insecto era el portador de la fiebre amarilla, una enfermedad vírica aguda y hemorrágica transmitida por mosquitos infectados. El término 'amarilla', alude a la ictericia --coloración amarillenta de la piel y las mucosas-- que presentan algunos pacientes. Sus síntomas son: fiebre, cefaleas, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio.

   Según algunas anécdotas, el médico comenzó a estudiar al que sería el principal culpable de la transmisión de esta enfermedad: la hembra del mosquito Aedes aegypti, después de que un día le empezara a molestar su zumbido y decidiera investigarlo. Es por ello que sus estudios le llevaron a entender que el responsable de transmitir la fiebre amarilla era la hembra fecundada de esta especie de mosquito.

    Durante más de 20 años, los postulados de Finlay fueron ignorados y solamente terminada la Guerra Hispano-Estadounidense, cuando el general y gobernador de Cuba, Leonard Wood, pidió que se probara la teoría del médico, se volvieron a revisar sus trabajos de investigación, así como los experimentos que había realizado.

   A iniciativa de Finlay, se creó una Comisión Cubana de la Fiebre Amarilla gracias a la que, siguiendo las indicaciones del médico, se logró combatir al mosquito y se aisló a los enfermos, hasta que en tan sólo siete meses la enfermedad desapareció del país.

   En memoria del doctor Carlos Juan Finlay, la Confederación Médica Panamericana sugirió celebrar el 3 de diciembre el Día del Médico en varios países americanos, que este sábado conmemoran la histórica hazaña que permitió conocer la procedencia de la fiebre amarilla y que marcó un antes y un después en la historia de la medicina universal.

ENFERMEDAD ALTAMENTE MORTAL

   Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de los enfermos por fiebre amarilla fallecen en un plazo de siete a diez días. Asimismo, se estima que este mosquito causa 50 millones de infecciones y 25.000 muertes al año. Para la prevención de las picaduras, los organismos sanitarios recomiendan que se incluya la utilización de repelentes que contengan N,N-dietilmetaloluamida (DEET), considerado el mejor repelente para el Aedes aegypti.

   Este insecto, que se distingue entre otros mosquitos por poseer marcas blancas, es originario de África, a pesar de que a día de hoy se hayan encontrado ejemplares en regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo. En lo referente a América, esta especie se puede encontrar desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina, aunque también se han encontrado casos en Uruguay.

   Además, este mosquito es portador de otras enfermedades como el virus dengue, una enfermedad infecciosa con síntomas gripales y que en ocasiones puede evolucionar y convertirse en un cuadro potencialmente mortal, llamado 'dengue grave' o 'dengue hemorrágico'.

   Esta especie también puede transmitir otras enfermedades como la fiebre del Zika --enfermedad que además de fiebre, produce conjuntivitis, dolores musculares y articulares y cefaleas--, la chikungunya --enfermedad vírica que produce fiebre y fuertes dolores articulares, además de otros síntomas como dolores musculares, dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas-- y el virus mayaro --una enfermedad muy similar al dengue--.