Actualizado 16/08/2015 14:55

La Catedral de Sal, religión y arquitectura bajo tierra

   BOGOTÁ, 16 (Notimérica)

   Las catedrales suponen un atractivo turístico en ciudades a lo largo del mundo. Cabe imaginar, por tanto, la curiosidad que despierta un edificio religioso construido bajo tierra en lo que un día fueron minas destinadas a la extracción de sal.

   La Catedral de Sal es una construcción religiosa situada en el municipio colombiano de Zipaquirá, en el Área Metropolitana de Bogotá. Se encuentra en el segundo nivel de la mina de sal de Zipaquirá, un lugar con grandes galerías creadas como consecuencia del trabajo de los mineros durante décadas.

   La devoción de los mineros que trabajaban allí les llevó a llenar las galerías y socavones de la mina con imágenes de santos, a los que podían rezar y pedir protección. Fue el economista y abogado colombiano Luis Ángel Arango quien, en los años 30, tuvo la idea de construir una capilla en torno a estos altares, obra que finalmente se llevaría a cabo en 1950.

   La catedral nueva, un proyecto del arquitecto Roswell Garavito Pearl compuesto por la cúpula y el viacrucis, está situada 60 metros por debajo de la antigua. La nueva construcción, que reemplazaría a la que ya exitía, comenzó a ser construida a principios de la década de los 90 y no se inauguró hasta 1995.

   La Catedral de Sal posee una gran belleza visual, gracias a su impresionante altar de 16 metros de altura, a su iluminación y a sus tallados en sal. Sus lúgubres pasillos subterráneos están iluminados con luces de colores que contrastran con los elementos clásicos religiosos, creando una atmósfera especial y permitiendo a los visitantes recorrer el viacrucis entre reflejos azules, morados y rosas.

   Pero no solo eso. La construcción tiene un valor añadido como patrimonio ambiental, cultural y religioso que convierte al lugar en uno de los mayores atractivos de este municipio situado en el centro de Colombia. La catedral recibió, de hecho, el reconocimiento de "Primera maravilla de Colombia" en el año 2007 y está considerada como una joya de la arquitectura y el arte colombiano.

   Esta peculiar catedral ofrece la posibilidad de explorar el subsuelo como los mineros que allí trabajaban hace décadas y conocer el proceso de extracción de sal que realizaban los trabajadores, gracias a las proyecciones que allí se pueden visualizar.

MÁS ALLÁ DE LA RELIGIÓN.

   La Catedral de Sal es, sin duda, un lugar especial para aquellas personas devotas o amantes del arte y la cultura religiosa. Pero también de un lugar donde pueden disfrutar los estusiastas de la naturaleza.

   La catedral está situada en el Parque de la Sal, un lugar de más de 30 hectáreas de extensión. Una reserva natural que, en contraposición a la explotación minera característica de la zona, ofrece una gran riqueza ambiental y, especialmente, geológica.

   Y, aunque a simple vista pueda parecer que una catedral no ofrece emociones fuertes, los amantes del riesgo y la aventura también pueden encontrar su sitio en este lugar. La entrada de la catedral la ocupa un muro de 17 metros de altura que permite la escalada quienes buscan emociones fuertes. El muro cuenta con 6 niveles diferentes que permiten escalar tanto a niños como a adultos.

   Aquellos que visiten el lugar podrán disfrutar del curioso efecto óptico provocado por el 'Espejo de agua' y tendrán la oportunidad de realizar la ruta del minero, un recorrido guiado por las galerías que les permitirá conocer el proceso de extracción de sal.

   Además, existe la posibilidad de visitar el Museo de la Salmuera, un lugar donde conocer el proceso de la sal para convertirla en salmuera, situado en lo que un día fueron cuartos de bombas y tanques.

   La zona, situada a unos 50 kilómetros de Bogotá, ofrece otros atractivos suubterráneos y, además de la impresionante catedral, es posible visitar la Mina de Sal de Nemocón, a tan solo 15 minutos de Zipaquirá. Se trata de un lugar que se encuentra a 80 metros de profundidad y que cuenta con 1.600 metros de túneles y pasillos que recorrer, donde se puede disfrutar de un asombroso efecto óptico formado por 28 espejos de salmuera, utilizados en su día para disolver las rocas de sal. De esta mina se extrajeron hasta 8 millones de toneladas de sal entre 1816 y 1968.

   La extracción de sal ha sido el punto fuerte de la zona desde hace décadas. Pero además, es famosa porque ahí se hallaron los restos humanos más antiguos de Colombia.