Actualizado 06/09/2018 12:33

El alemán que recorre Colombia en bicicleta para hacer pedagogía del comercio sostenible del chocolate

El ciclista alemám Guido Kunze
MICHAEL GÜNTHER
  

   MADRID, 19 Abr. (Notimérica)

   Cuando una nota de prensa con una convocatoria así llega a la redacción suele suscitar, como poco, curiosidad. ¿Qué lleva a un mecánico de coches alemán a recorrer Colombia entera tratando de concienciar sobre la importancia del comercio justo y sostenible del cacao? ¿Por qué un alemán? ¿Por qué el cacao? ¿Por qué en bicicleta?

   Él es Guido Kunze y llega diez minutos tarde a su cita con Notimérica porque el tráfico de la capital es impredecible hasta para las bicis. Aparece con su maillot verde, su enorme bicicleta y un macuto con cuarenta kilos exactos de cacao colombiano justo el día que se conmemora el día internacional de este medio de transporte.

   Por contextualizar, este ciclista extremo acostumbrado a grandes desafíos tiene el récord mundial por haber cruzado los 4.200 kilómetros que separan Australia de costa a costa en siete días, diecinueve horas y cinco minutos a los 43 años. Hace menos de uno, pocos meses después de alcanzar el medio centenar de vida, se encontraba en el supermercado haciendo la compra con un buen amigo suyo, propietario de una chocolatería en la ciudad alemana de Mühlhausen, cuando vieron que el precio de una tableta de chocolate apenas alcanzaba los ochenta céntimos de euro. Se propusieron investigar la razón que había detrás del precio tan bajo y se trasladaron a la cuna del cacao. Por delante les quedaba un viaje por Colombia que cambiaría la vida de varias familias. Guido, por supuesto, lo hizo en bicicleta, aunque no así el equipo que le ha acompañado.

   Aterrizaron en la finca de una familia de agricultores y productores de cacao en la localidad de Nilo, perteneciente al municipio de Cundinamarca, al sur del país. Con ellos aprendieron de la calidad de los granos y de los métodos de producción y Guido comprendió la injusticia de que por aquel trabajo los campesinos recibiesen apenas una limosna en comparación con lo que podrían ganar si el comercio del mismo fuese más sostenible, más justo y con menos intermediarios.

ciclista guido kunze

   Allí mismo firmaron un contrato por el que su amigo chocolatero se comprometía, de aquí en adelante, a vender en su tienda de Alemania todo el cacao que esta familia pudiese producir cada año. Es fácil intuir que a esa familia, preocupada además porque su único hijo se acercaba a la edad universitaria y no sabían cómo se lo iban a costear, le ha cambiado para siempre la vida; pero el desafío de Guido va mucho más allá.

   En Colombia ha entendido la importancia del comercio justo y, fundamentalmente, la importancia de la calidad de los productos. Fascinado por la misma, cargó en su mochila cuarenta kilos de cacao y durante 13 días comenzó a recorrer todo el país, desde Nilo hasta Cartagena de Indias, y por el camino realizó varias paradas en las que intercambió opiniones con decenas de campesinos dedicados al mismo negocio.

   Según su propia experiencia, los habitantes de las regiones y los pueblos productores de cacao cada vez tienen más conciencia de que existen otras posibilidades, de que quizá ha llegado el momento de no dar todo por perdido en el gran comercio internacional y satisfacerse con un sueldo mezquino, sino entender que hay gente en Europa que estaría dispuesta a pagar más dinero por un producto que tiene una historia detrás. Una idea de sostenibilidad donde la gente consuma con buena conciencia "sabiendo que el agricultor gana más que antes y que es un producto de gran calidad".

ciclista guido kunze

   El de Colombia, tras la firma de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC, se ha convertido en el cacao de la paz, ya que las plantaciones de este producto están sustituyendo a los cultivos ilícitos y generando nuevas oportunidades de trabajo para numerosas familias. Según reconocen a Notimérica desde la oficina de ProColombia en Madrid, actualmente cerca de 35.000 familias viven de este cultivo. Pero podrían ser muchas más, porque de los 14 millones de hectáreas de tierras cultivables, en este momento solo cinco se encuentran en producción.

   Su vuelta a Europa estaba programada con una travesía en un velero de alta velocidad a través del Atlántico, pero tras un día y medio de navegación el volante se rompió y se estropeó el sistema direccional, por lo que se les hacía imposible navegar. Reconoce Guido, claramente un animal de tierra, que aquella experiencia en el mar le hizo sentir miedo por primera vez. Afortunadamente gracias al viento y a un sistema manual, él y su equipo lograron volver a vela hasta Cartagena.

   Se subieron a un avión rumbo a Lisboa y a la llegada la maleta cargada de cacao no apareció. Después de haberla transportado a cuestas por todo el país, qué desolación al no verla salir por la cinta del aeropuerto.

   Una vez pasado el susto, la maleta llegó al día siguiente en un vuelo procedente de Cartagena y Guido puso rumbo, por supuesto en bicicleta, hacia Sevilla. Allí expuso todo lo aprendido durante el viaje en el Museo del Chocolate de la capital andaluza, que fue precisamente la ciudad en la que se documentó por primera vez la existencia de este producto. De ahí a Málaga y Madrid, donde ha sido recibido por el embajador colombiano Alberto Furmanski, quien le ha agradecido el ejercicio de concienciación que está haciendo sobre la importancia del comercio sostenible, así como la firma de varios contratos comerciales.

   Con la vista puesta en enero del próximo año, cuando volverá a Colombia para cerrar un programa escolar de intercambio de estudiantes entre Mühlhausen y Cundinamarca a petición de los gobernadores de ambas localidades, y tras asegurarse de que el cacao de los campesinos de Nilo llegará sin intermediarios a la chocolatería de su amigo, prepara ahora un proyecto en África.

ciclista guido kunze

   Ilusionado, cuenta que en el continente olvidado hay grandes fabricantes de bicicletas que están empezando a producir este vehículo pero solo para su propio mercado y adaptándolo a sus necesidades, con asientos reforzados para que las bicicletas puedan ser utilizadas como medio de transporte de mercancías. La idea de Guido es recorrer desde el África Central hasta el sur todas las empresas que se dedican a este negocio con el fin de darles visibilidad. Lo hará en bici, por si a alguien le cabe alguna duda.