Actualizado 26/04/2015 14:00

Cientos de guacamayos dan color al cielo de Caracas

Guacamayos
Foto: REUTERS
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CARACAS, 26 Abr. (Reuters/Notimérica) -

   Cientos de guacamayos vuelan entre los rascacielos de Caracas (Venezuela), que sobreviven gracias a los árboles que crecen en la capital y a la comida que les ofrecen sus vecinos.

   Fue un inmigrante italiano, en la década de 1970, quien empezó a criar estas coloridas aves tras ser perseguido por la ciudad, sin razón aparente, por una de ellas, "Pancho". Carpintero y amante de los animales, Vittorio Poggi cuenta hoy que estos pájaros ofrecen tranquilidad a la caótica Caracas de cinco millones de residentes.

   "Creo que he hecho algo positivo", dijo Poggi, de 70 años. Desde su casa repleta de aves, el italiano cuenta que sueña con levantar un mini zoológico para sus 20 perros, varios gatos, dos cabras, gallinas, tortugas y pavos reales.

   Sobre antenas, azoteas y alféizares, guacamayos azules y amarillos rompen con las vistas rutinarias de la segunda ciudad más violenta del mundo según Naciones Unidas.

   A pesar de no ser autóctona de la zona, los especialistas afirman que esta especie ha conseguido sobrevivir gracias a la frondosa vegetación que crece entre los rascacielos, muy diferente a las selvas tropicales de Panamá hasta Paraguay donde se origina.

   En Caracas se encuentran varias de las 17 especies de guacamayos como los rojos, verdes y azules (Ara chloropterus) o los verdes (Ara militaris), amenazados en otros países de América.

   Otro admirador de este ave, Ivo Contreras, de 45 años, construyó en su azotea una enorme plataforma a la que llegan decenas de guacamayos a comer semillas de girasol.

   También, en las áreas verdes de la ciudad como el Parque del Este, Los Caobos y el Ávila, cientos de corredores tienen el privilegio de disfrutarlas.

   Mercedes Ramírez, una jubilada de 60 años, cuenta cómo acuden a su casa decenas de guacamayos en busca de semillas de girasol, plátano y galletas. "Los vecinos me preguntan cómo hago para que vengan a mi ventana y yo les digo: 'uno no elige a las guacamayas, las guacamayas lo eligen a uno'".