MADRID, 13 Ago. (Notimérica/EP) -
Más de 350 millones de personas en el mundo tienen depresión, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que supone el 5 por ciento de la población mundial, por eso, comprender sus síntomas y hablar de ella sin prejuicios es vital para tratarla.
Según un estudio publicado en la revista científica PLOS Medicina, el año pasado la depresión fue la segunda causa de invalidez en el mundo, después de los dolores de espalda, convirtiéndose en una de las principales enfermedades que sufre la humanidad actualmente.
No existe una causa única de la depresión, más bien suele darse como combinación de factores genéticos, bioquímicos y psicológicos. Las áreas del cerebro responsables de la regulación del ánimo, pensamiento, apetito y comportamiento parecen no funcionar con normalidad, según ha explicado el Instituto Nacional de Salud Mental (NIH, por sus siglas en inglés).
Aunque la depresión debe ser diagnosticada por un médico cualificado, hay algunos síntomas que ayudan a identificarla, como los sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o vacío, la irritabilidad e inquietud, la culpa e impotencia, la pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, incluso las relaciones sexuales.
Además, también es común la fatiga y falta de energía, la dificultad para concentrarse, el insomnio o la somnolencia, los pensamientos suicidas y algunos dolores y malestares persistentes como los dolores de cabeza, los cólicos o problemas de tipo digestivo que no se alivian con tratamiento.
El presidente de la Asociación Brasileña de Psiquiatría (ABP), Antonio Geraldo da Silva, ha explicado que hablar sobre la depresión y políticas públicas orientadas a tratarla, podrían ayudar a evitar esta enfermedad. "Al contrario de lo que se piensa, las personas no se suicidarían si se hablase más sobre el suicidio", ha explicado Geraldo.
LA DEPRESIÓN ES UNA ENFERMEDAD, NO DEBILIDAD
Una de las principales dificultades para quien sufre depresión es entender y hacer que los demás entiendan que no se trata de debilidad, sino que es una enfermedad que necesita ser tratada por un psiquiatra, capaz de orientar y, si es necesario, medicar al paciente. La psicoterapia puede ser muy útil, pero el tratamiento médico es esencial, según ha publicado el diario 'O Globo'.
LOS PREJUICIOS SÓLO RETRASAN LA CURA
El prejuicio de que los psiquiatras son médicos para locos ha empeorado muchas dolencias y forma parte de la idea sobre la depresión y los trastornos mentales en general. Por vergüenza o miedo de que lo sepan los conocidos, los pacientes evitan pedir ayuda, lo que agrava su situación, provocando consecuencias mucho peores.
CON UN AMIGO DEPRIMIDO, NO SIRVE SÓLO HABLAR
Otro problema del prejuicio es no considerar la gravedad del cuadro. Mucha gente piensa, por ejemplo, que basta hablar con la persona deprimida para resolver el problema. El apoyo y el consuelo son necesarios, pero frases como "calma, pasará", o "deja eso para luego", no lo resuelven y, dependiendo de la situación, pueden hasta ser perjudiciales.
Si el paciente está con ideas suicidas, la mejor forma de ayudarle es animarle a que vaya al médico. Decir cosas como "podrías esforzarte más para mejorar" son, en la opinión de Geraldo, maldad. "Es como decir a alguien que usa gafas que se las quite", ha aclarado el psiquiatra.
CUALQUIERA PUEDE TENER DEPRESIÓN
Como otras enfermedades, la depresión no se escoge y cualquier hombre, mujer, niño o adulto puede sufrirla. Esta afirmación va en contra de otro prejuicio muy extendido de que las personas con éxito o ricas no deberían tener depresión.
La realidad, sin embargo, es más compleja. Hay personas que tienen más propensión a la enfermedad por genética o que pueden sufrirla por sus condiciones de vida o el ambiente en el que están. Según Geraldo, factores como el consumo de alcohol y drogas, una rutina estresante y noches sin dormir pueden aumentar la incidencia de la enfermedad.
QUÉ HACER EN CASO DE DEPRESIÓN
La depresión debe tratarla un médico, pero hay algunas cosas que pueden ayudar tanto a prevenirla como a curarla. Por ejemplo, el ejercicio físico moderado o participar en actividades sociales y religiosas. Además, la persona deprimida debe ser realista con sus metas, dividiendo las tareas grandes en pequeñas y estableciéndose prioridades.
También es aconsejable pasar tiempo con otras personas y elegir a un amigo o familiar como confidente, evitando aislarse y permitiendo a los demás que ayuden. Con la depresión debe tenerse paciencia, ya que no se soluciona de un día a otro. Por eso, debe esperar a estar mejor para tomar decisiones importantes o pedir consejo a quien le conozca bien para saber si está haciendo lo correcto.
Por último, el enfermo de depresión debe recordar siempre que los pensamientos negativos se irán alejando a medida que la dolencia responda al tratamiento.
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