BOGOTÁ, 11 Ene. (Reuters/Notimérica) -
Las Fuerzas Armadas de Colombia han confiscado una cifra récord de 378,3 toneladas de cocaína en el 2016, un 49 por ciento más que en el año previo, por una mejor coordinación en las actividades de inteligencia y mayores decomisos, ha informado este miércoles el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
El funcionario también ha querido destacar la reducción de un 4 por ciento en los homicidios a 12.252, la caída de los ataques contra la infraestructura económica y a las Fuerzas Armadas por una mayor presencia de las tropas en todo el país y el acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuarzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Colombia, considerado uno de los principales productores mundiales de cocaína, tiene capacidad para fabricar anualmente 646 toneladas métricas de esta droga, de acuerdo con las Organización de las Naciones Unidas (ONU). En la actividad ilegal están implicados grupos de narcotraficantes, bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares de ultraderecha y la guerrilla izquierdista.
"En la lucha contra el narcotráfico ha habido un trabajo más eficiente y organizado de la Fuerza Pública, con más interdicción en nuestros dos océanos e inteligencia que se provee a otros países", ha indicado Villegas en una conferencia de prensa.
El Gobierno del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó en el 2016 un acuerdo de paz con las FARC para terminar un conflicto armado de más de 52 años que ha dejado 220.000 muertos.
El acuerdo de paz permitió reducir los ataques de la guerrilla en el 2016 en un 55 por ciento y los ataques a los oleoductos, torres de energía, puentes y carreteras en un 51 por ciento, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
"El 2016 fue el año más tranquilo de las últimas cuatro décadas en Colombia, tuvimos 12.200 homicidios, con una tasa, por primera vez por debajo de 25 por 100.000 habitantes, y eso es una noticia sumamente positiva", ha declarado Villegas.
El Gobierno colombiano intenta iniciar en Ecuador una negociación de paz con el Ejército de Liberación Nacional, la segunda fuerza guerrilla del país, que mantuvo sus hostilidades y ataques durante el año pasado, principalmente contra los oleoductos.