Actualizado 20/05/2014 22:00

Una familia perdió a cinco niños en la explosión del bus

Familiares fallecidos en el bus de Colombia
Foto: COLPRENSA

BOGOTÁ, 20 May. (Notimérica/EP) -

   La tragedia se ha cebado con una de las familias afectadas por el accidente del autobús calcinado en Fundación, Magdalena, en el norte de Colombia, ya que ha perdido a cinco de sus niños en el trágico suceso y una de las adultas de la familia, de 42 años, ha resultado herida, según informa el periódico colombiano El Tiempo.

   Ana, una de las vecinas del barrio Faustino Mojica, de Fundación, ha perdido el pasado domingo a tres nietos de 2, 4 y 5 años y a dos sobrinas de 7 y 13 años en el incendio del autobús que les llevó a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia.

   La tragedia no acaba en estas muertes, pues una de las hermanas de esta mujer, Rosiris Hernández, resultó herida en el accidente después de ser ella quien invitara a los niños de la manzana a acompañarla a dicho templo.

   La mujer ha declarado que un autobús viejo pasó a recoger a los niños a las 8 de la mañana de aquel día para llevarles a la misa y que se extrañó de que no pasara el autobús nuevo que solía ir en otras ocasiones.

   En el barrio, al que pertenecían la mayoría de los fallecidos, se enteraron de lo sucedido de la mano de uno de los niños que logró escapar del autobús y fue corriendo a avisar de que el autobús se estaba quemando.

   Ana se lamenta por no haber podido hacer nada por los pequeños, "todos salieron a darse cuenta del accidente, pero no se pudo hacer nada". Cuando Ana pudo entrar por fin en el vehículo, pudo ver a su sobrina con los pequeños abrazados a ella.

   Por su parte, el padre de dos de los nietos de Ana, que llegó al lugar de la tragedia después de estar en el monte, ha declarado que era la primera vez que sus hijos iban a la iglesia, y que de haber estado él allí, hubiera dado la vida por salvar a sus hijos.

EL CONDUCTOR PODRÍA ENFRENTARSE A LA PENA MÁXIMA

   La Fiscalía plantea que el conductor del autobús siniestrado, Jaime Gutiérrez Pino, de 56 años, se enfrente a la pena máxima contemplada por la ley vigente en el país, que se sitúa en 60 años de cárcel.

   Esta decisión se fundamentaría en que las pruebas señalan que no ha sido únicamente culpable del suceso, sino que las circunstancias que dieron pie a la tragedia suponen un agravante de la conducta.

   Las circunstacias con que la Fiscalía está contando tienen que ver con que el conductor no tuviera licencia, que el autobús no contara con el seguro obligatorio ni hubiera pasado la revisión tecnomecánica, también obligatoria.

   Finalmente, otro de los agravantes que mayor peso tiene de cara a la Fiscalía, según las fuentes consultadas, es el hecho de que Jaime Gutiérrez sea mecánico y a pesar de sus conocimientos en automoción, manipulase "la carburación del vehículo con la utilización de combustible".

IDENTIFICACIÓN DE LOS CADÁVERES

   Por otro lado, unos 30 familiares de los niños que murieron incinerados arribaron este lunes a Barranquilla a las dependencias de Medicina Legal, para ser analizados por los médicos quienes cotejarán el ADN y así identificar los cadáveres.

   Acongojados e inmersos en llanto, llegaron en dos buses procedentes desde el departamento del Magdalena. Mujeres y hombres fueron conducidos al interior de Medicina Legal, informa Colprensa.

   Los cadáveres de 32 de los 33 niños fueron traídos desde el sitio del asistente para ser analizados y por medio del ADN poder identificarlos, pues muchos de ellos quedaron casi calcinados por el fuego.

   Tres menores aún permanecen en estado crítico, los que se encuentran en centros hospitalarios de Barranquilla.

   Al parecer la tragedia se presentó cuando el vehículo presentaba fallas y se varó. El conductor tratando de arreglarlo le echó gasolina al carburador, lo que produjo la explosión que originó una llamarada que se extendió por todo el carro.

   Algunos niños y niñas lograron saltar del bus por las ventanas, pero otros no, por ser más pequeños. Los más mayores lograron rescatar de las llamas a otros, aún exponiendo sus propias vidas.

   Una niña que logró salir ilesa narró a Caracol Televisión que dentro del bus iba una pimpina con gasolina, la que al parecer utilizó el conductor para echarle al carburador.