A man walks to leave flowers at the Andino shopping center after an explosive de
REUTERS / JAIME SALDARRIAGA

BOGOTÁ, 18 Jun. (Reuters/Notimérica) -

Decenas de personas rindieron este domingo homenajes con flores a las tres mujeres que murieron y las nueve que resultaron heridas por la explosión de una bomba en un baño de un centro comercial de la capital colombiana, un hecho que las autoridades catalogaron como "un acto terrorista".

El Centro Comercial Andino, normalmente concurrido, estaba en silencio mientras personas colocaban flores en el piso principal del exclusivo edificio, que el sábado por la tarde fue escenario de caos y terror cuando una bomba explotó cerca a un inodoro del baño de mujeres, en el segundo nivel.

El presidente Juan Manuel Santos ofreció una recompensa de 100 millones de pesos (33.700 dólares) por información que permita identificar y capturar a los responsables.

El mandatario aseguró el domingo que las autoridades tienen tres hipótesis sobre los autores del atentado, pero se abstuvo de revelarlas para no entorpecer las investigaciones. Ningún grupo se atribuyó la autoría del hecho.

"El objetivo del terrorismo es sembrar miedo y división y nuestra respuesta debe ser el valor y la unión para enfrentarlo. El valor, la fortaleza de los colombianos no puede ser puesta en duda", sostuvo Santos, quien decidió suspender un viaje a Portugal para permanecer al frente de las investigaciones.

Policías forenses vestidos con overoles blancos inspeccionaron la escena del crimen, mientras oficiales uniformados y personal de inteligencia vigilaban el lugar.

"Esto es una canallada, pudieron caer niños que generalmente entran al baño con sus mamás. Es un Día del Padre muy triste", dijo Pedro Álvarez, mientras ponía una flor junto con su hijo.

Muchas tiendas permanecían cerradas y un número reducido de personas caminaba en silencio.

"Fue increíble, escuché la detonación, pero lejos de imaginarme que se trataba de un atentado, que fuera esto tan horrible. No pude dormir", dijo María Vásquez, de 56 años, mientras miraba hacia el lugar de la explosión.

La seguridad mejoró en Bogotá en la última década, en parte porque la policía y el Ejército aumentaron la vigilancia. Un acuerdo de paz firmado el año pasado entre Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo guerrillero del país, despertó confianza de que los ataques con bombas podrían desaparecer.

El segundo grupo insurgente más grande del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), detonó en febrero una bomba en Bogotá, en un ataque que dejó un policía muerto y 25 personas más heridas. El grupo, conformado por unos 2.000 combatientes y que negocia en Ecuador un acuerdo de paz con el Gobierno, condenó el ataque contra civiles en el centro comercial.

Las autoridades de policía habían alertado recientemente sobre la posibilidad de ataques en Bogotá del denominado Clan del Golfo, un grupo conformado por antiguos paramilitares de ultraderecha que se dedica al narcotráfico.

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