Actualizado 07/09/2018 23:08

¿Cuál es el único país de Iberoamérica donde la eutanasia es un derecho fundamental?

Eutanasia
COLPRENSA - Archivo

   BOGOTÁ, 7 Sep. (Notimérica) -

   Desde 2015 Colombia es uno de los pocos países en el mundo que admite la eutanasia, y el único el donde la medida es reconocida como un derecho fundamental por el Tribunal Constitucional.

   Para acceder a la "muerte digna", los colombianos deben dar su consentimiento en un documento firmado ante dos testigos, sin necesidad de presentarse ante un notario. Esto se puede realizar preventivamente para evitar impases ante un repentino accidente, por ejemplo. De lo contrario, la eutanasia estará a cargo de la decisión familiar basada en los hechos médicos.

   Por su parte, desde 2008 los mexicanos que se encuentran en una etapa terminal de la vida, también pueden solicitar a su médico una muerte digna, o irse a sus casas a morir tranquilos.

   Aunque en Colombia fue el primer y (hasta ahora) único país que aprobó la eutanasia en ciertas ocasiones, hay otros países de la región que llevan tiempo posicionando este tema en la agenda legislativa.

   El 7 de agosto la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de Chile aprobó la idea de legislar el proyecto de la eutanasia. El tema volvió a tomar notoriedad pública en febrero, cuando una chilena de 19 años que padece una enfermedad no diagnosticada que le causa múltiples y constantes dolores, envió una carta a la expresidenta Michelle Bachelet pidiendo que la ayudara a terminar con su padecimiento.

   En Argentina, donde si bien está prohibida la eutanasia, así como el llamado "suicidio asistido", que se castiga como homicidio, desde 2012 está vigente la ley de "muerte digna" que garantiza a los enfermos terminales el derecho a rechazar cirugías, tratamientos médicos o de reanimación para prolongar su vida.

   Por su parte, en Brasil la eutanasia tampoco está permitida. Sin embargo el Consejo Federal de Medicina avala la suspensión del tratamiento o retirada de los equipos que mantengan los órganos en funcionamiento de un paciente desahuciado. También en Uruguay un paciente puede decidir no recibir un determinado tratamiento de salud en el caso de padecer alguna patología terminal, incurable e irreversible.