Publicado 25/06/2016 10:59

¿Cuántos iberoamericanos engrosan las listas del Estado Islámico

Estado Islámico
REUTERS

   MADRID, 25 Jun. (Notimérica) -

   El Departamento de Estado norteamericano ha advertido este jueves que desde que el Estado Islámico apareció más de 100 ciudadanos de la región iberoamericana viajaron a Siria para unirse al grupo terrorista.

   El informe anual sobre el terrorismo mundial durante 2015, no precisa el número de personas que abandonaron Sudamérica y el Caribe para incorporarse a las filas del Estado Islámico, también conocido como Daesh, pero señala que muchos de ellos viajaron a Oriente Medio llevándose a miembros de sus familias.

   Según los datos, del total de 27.000 extranjeros que han pasado a formar parte del grupo terrorista, 4.800 de ellos son europeos, y se calcula que más de 100 proceden de Iberoamérica.

   Asimismo, la región es un blanco fácil para los atentados del Daesh por los grandes eventos deportivos y políticos que se realizan. Por ejemplo, la organización de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que tienen lugar el próximo mes de agosto, trabaja para "evaluar y mitigar potenciales amenazas terroristas", según informa la agencia de noticias Reuters.

   El Departamento de Policía Federal (DPF) de Brasil y organizaciones antiterroristas de varios países, entre los que está Estados Unidos, colaboran estrechamente por la seguridad durante el evento.

   Además, Hezbolá, uno de los grupos terroristas más activos, tiene presencia en la Triple Frontera, entre Brasil, Paraguay y Panamá. No obstante, el experto Joseph Humire alertó al diario español 'ABC' de una nueva "Triple Frontera" situada en Perú, Bolivia y Chile, donde la presencia de centros islámicos ha aumentado.

   Se calcula que 150 peruanos se han convertido al chiísmo, una de las principales ramas de la religión islamista, en la que el yihadismo ha tenido mucho auge, aunque no se han registrado oficialmente ciudadanos peruanos dentro del Daesh.

   Por otro lado, Venezuela es otro país que está en el punto de mira por su permisividad hacia Hezbolá. El principal negocio es el envío de la droga que puede generar hasta 200 millones de dólares mensuales y que el grupo terrorista lava con la ayuda del Banco Libanés-Canadiense para beneficio propio.