Incendio en Valparaíso, en Chile
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   SANTIAGO DE CHILE, 27 Ene. (Notimérica) -

   El ministro de Interior chileno, Mario Fernández, ha confirmado la detención de cinco personas presuntamente responsables de varios incendios forestales en la zona central y sur del país. Estos incendios ya han dejado diez muertos y unas 290.000 hectáreas devastadas.

   Cuando los sospechosos fueron detenidos, en las localidades de Chépica y Linares (región de Maule), llevaban encima instrumentos aceleradores del fuego. Esa zona es, precisamente, una de las más afectadas por los incendios, en lo que ya es la catástrofe forestal más grande de la historia de Chile.

   Sobre estas detenciones Fernández ha asegurado que "son casos de flagrancia, es decir, han sido detenidos con elementos acelerantes y por lo tanto se encuentran en una situación, del punto de vista procesal, completamente clara, de que estaban en una acción antijurídica".

   El ministro también ha agregado que las detenciones están apoyando la teoría de que estos incendios no fueron naturales, sino provocados, según ha informado 'La Nación'.

   Las autoridades se encuentran investigando si alguno de los sospechosos detenidos ha sido el responsable del siniestro que arrasó la localidad de Santa Olga, en la que falleció una persona, fue necesario evacuar a 4.000 y 1.200 viviendas quedaron totalmente destruidas.

   Esta catástrofe afecta a siete de las 15 regiones del país, se ha cobrado la vida de diez personas, 5.000 han tenido que ser evacuadas y 3.000 han sido damnificadas por el fuego. El Gobierno chileno ha admitido que las pérdidas económicas son inmensas e incalculables.

   Debido a la destrucción y peligrosidad de estos incendios, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha decretado el estado de catástrofe en cuatro de las regiones más afectadas: O'Higgins, Maule, Biobío y Araucanía.

   Según el último informe de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), el fuego ha destruido 290.000 hectáreas de bosques, pastizales y sembradíos, hay más de 142 incendios activos y de ellos 51 están controlados, 77 están siendo combatidos y 14 ya están extinguidos.

   Para poner fin a esta situación y tras más de una semana del inicio de la emergencia, más de 4.000 personas se encuentran combatiendo el fuego entre bomberos, forestales, carabineros, funcionarios, militares y civiles, a quienes se suman decenas de brigadistas extranjeros.

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