Actualizado 05/04/2017 09:44

Directora del PNUD para América Latina: "El cambio climático podría hacer retroceder algunas economías hasta 20 años"

   MADRID, 3 Oct. (Notimérica) -

   El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hizo público la semana pasada su informe 'Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso', sobre el desarrollo humano para América Latina y el Caribe.

   A su presentación en Madrid acudió la directora del PNUD para la región, Jessica Faieta, que en una entrevista concedida a Notimérica alertó de que "220 millones de latinoamericanos podrían caer de nuevo en la pobreza" si no se toman las medidas adecuadas e hizo un llamamiento a los jóvenes para que tomen conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.

   ¿Qué es el progreso multidimensional?

   En el contexto de América Latina, donde se han hecho tantos progresos no solo en la reducción de la pobreza sino también en crecimiento inclusivo, hemos decidido ir más allá y crear un nuevo concepto de lo que consideramos que sería una definición más concreta del progreso.

   Nada que disminuya los derechos de las personas, las comunidades o que afecte al medio ambiente puede ser considerado progreso. Digamos que se le pone un techo y un piso al progreso donde el techo es el medio ambiente y el piso los derechos de las personas. Ese es el concepto de progreso multidimensional.

   ¿Qué retos a corto, medio y largo plazo tiene el PNUD en América Latina?

   Parte de la inspiración de este nuevo informe es que en la última década se han hecho grandes avances y se ha logrado un crecimiento sostenido. En ese periodo, más de 70 millones de personas han salido de la pobreza y más de 90 han entrado a las clases medias, pero hay un gran grupo, de 220 millones, que ha salido de la pobreza pero no ha logrado insertarse en la clase media. En este momento de retroceso económico existe el peligro de que estos 220 millones puedan volver a la situación anterior, por lo que el reto del PNUD en la región no es solo seguir creciendo, como es la preocupación de los gobiernos, sino mantener los logros que ya se han conseguido.

¿Y de qué modo se actuará con la pobreza estructural que está previsto que siga existiendo en la región?

   A pesar de este crecimiento, hay varios grupos de indígenas, mujeres rurales, discapacitados o colectivos LGBTI que siguen rezagados en su desarrollo y no se han beneficiado de las políticas de desarrollo. Hay temas de discriminación y de falta de acceso a los sistemas que son estructurales y no se van a resolver con mejoras económicas, por lo que atender a estas personas necesita de unas políticas específicas que son independientes de los ingresos. Y ahí entra de nuevo en valor el papel del progreso multidimensional.

   En febrero se cumplieron cincuenta años de la creación del PNUD. ¿Qué labores le gustaría que el PNUD estuviese desarrollando dentro de otros cincuenta?

   Ahora el reto está en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2030. Es una agenda muy ambiciosa que aspira a eliminar definitivamente la pobreza, así que ese es nuestra primera gran labor. Quiero que el PNUD contribuya con esa agenda y sus aspiraciones.

   Con la Agenda 2015 -los anteriores Objetivos del Milenio-- vimos que sí era posible reducir la pobreza a nivel mundial. En América Latina, en particular, donde se ha hecho una gran inversión en innovación social, estamos convencidos de que hay muchos países donde se puede erradicar la pobreza y debemos contribuir a ello.

   La Agenda 2030, efectivamente, es más ambiciosa que la de 2015. ¿Usted cree que se va a cumplir? Porque según la vara de medir que se tome, la Agenda 2015 se cumplió en parte para unos y fue un fracaso para otros.

   Los que trabajamos en desarrollo tenemos una visión optimista y de largo plazo. Esta Agenda ha sido hecha con un enorme nivel de implicación por parte de gobiernos y sociedad civil. Creemos que existen el compromiso político, los medios y las posibilidades de lograrlo, por lo que yo quisiera creer que sí es posible cumplir con ella.

   No va a ser fácil, requiere grandes cambios dentro de los países, de cómo financiamos el desarrollo y los esfuerzos, pero esta Agenda tiene aspiraciones económicas, sociales y ambientales que es nuestro deber garantizar. Esta vez tenemos que ver el desarrollo no solo con la vara de la pobreza, sino como un reto que cumpla con las tres patas.

   ¿Cómo afectará a su cumplimiento la desaceleración económica que atraviesan varias zonas del mundo y, en concreto, América Latina?

   Ha pasado un año, tenemos todavía catorce por delante y, como decimos en el informe, el cumplimiento de los ODS no depende solamente de los ingresos económicos, sino que se trata de avanzar en muchos ámbitos a la vez.

   Insiste en sus intervenciones en la importancia de concienciar sobre el cuidado del medio ambiente. ¿Usted cree que los latinoamericanos están comprometidos con él?

   El reto del planeta es el cambio climático. En estos momentos, un huracán que atraviesa el Caribe, a su paso por los pequeños estados e islas, puede retroceder su desarrollo hasta veinte años atrás. Son economías muy pequeñas, que tienen muy limitado su espacio fiscal para salir adelante, por lo que acercarles el tema del cambio climático es importante y es nuestra obligación hacerlo.

   Latinoamérica es el continente con la más grande biodiversidad del planeta, pero también el que tiene grandes vulnerabilidades en cuanto al riesgo de ser afectada por fenómenos climáticos. El compromiso de las nuevas generaciones con el medio ambiente es fundamental.