BOGOTÁ, 25 Nov. (Notimérica) -
"Si no creyera eso, me estaría enloqueciendo". Así de rotunda se expresa Claudia Farfán, esposa del general Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Titán, al ser preguntada sobre si confía en el trabajo de quienes están a cargo de la liberación de su esposo y de otros miembros del Ejército colombiano que también han sido secuestrados por las FARC.
"Nunca perdemos la fe y estamos pegados a Dios y unidos en familia. Pero esta espera es muy angustiosa", comenta Claudia, quien destaca que si no creyera en el trabajo de quienes están a cargo de la liberación "me estaría enloqueciendo".
"Confío plenamente en que las personas que tienen que tomar las decisiones relacionadas con la liberación de mi esposo y de las personas que están con él, están haciendo todo iluminados por Dios. Si yo no tuviera la fe que tengo no sé dónde estaría", dice.
Su marido fue secuestrado por las FARC junto al cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego el pasado 16 de noviembre en Chocó. De momento, la guerrilla sólo ha mostrado la voluntad de liberar, este martes, a dos soldados secuestrados una semana antes en el departamento de Arauca.
En una entrevista concedida a El Colombiano, y reproducida por Colprensa, Claudia Farfán dice que desde que se anunciara la posible liberación de su esposo, que quedó en suspenso cuando las FARC denunciaron la actividad del Ejército, la espera estás siendo "muy angustiosa", aunque asegura que nunca han perdido la fe.
Respecto a cómo se están desarrollando los operativos humanitarios para la liberación, confiesa que se han enterado de "muy poco" ya que nadie la ha llamado para contárselo específicamente, algo que ve comprensible porque no cree "que nadie sepa más de lo que todos sabemos".
Explica que sí ha recibido la llamada del presidente, Juan Manuel Santos, hace tres días, para expresarle su solidaridad "y decirme que se está haciendo lo que se tiene que hacer". También ha recibido la llamada, "desde el primer día", del ministro de Defensa, y añade que "los generales de la cúpula y sus esposas han estado muy pendientes de mí y de mi familia".
Igualmente agradece las muestras de solidaridad de la ciudadanía. "Hay que ver las marchas que han hecho, las muestras de apoyo, solidaridad y cariño para mi familia y para él", comenta Claudia.
"Eso es lo que yo veo, así de sencillo, sin misterios y sin nada, ese es mi esposo, solamente trabajo y familia. No he escuchado noticieros, no he leído periódicos, no he escuchado radio y eso que a mí me gusta estar bien informada. Aprovecho siempre los medios de comunicación para decirles que por favor los que me escuchen, los que me lean, me ayuden a orar para que mi esposo y todos los secuestrados vuelvan a sus familias", añade.
TENÍA UNA REUNIÓN CON LA POLICÍA
En la entrevista, la esposa del general Alzate no aclara sin embargo por qué su marido se encontraba el día del secuestro sin escolta. "Yo hablé con él el domingo a mediodía, tenía una reunión en la Policía y quedamos de hablar después. Luego fue que me enteré que lo habían secuestrado. Desde ese momento no sabemos nada diferente a lo que todo el mundo sabe", afirma.
Destaca de su esposo que recibió la Fuerza de Tarea en diciembre del año pasado y que su interés siempre fue la comunidad chocoana y el departamento, "por eso estaba trabajando con el gobernador, la alcaldesa y las comunidades afro e indígenas en su Agenda 2038", explica.
"Si nada más con verle la cara piensan que es una persona noble, imagínese cómo será acá, en el trato constante con él. Es una persona de un corazón gigante", destaca.
En lo concerniente a lo que su esposo le decía sobre el proceso de paz, señala que hablaban de cómo había ido el día, "qué vas a hacer hoy, cómo va la casa, qué has hablado con María Paula y Juan Pablo...", y añade que él, como los otros militares, "está haciendo su parte, su pedacito".
"De ellos no dependen muchas cosas, simplemente hacen lo que tienen que hacer y yo creo que mi esposo lo estaba haciendo de la mejor manera posible, con la comunidad chocoana", concluye.
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