Actualizado 24/03/2017 18:41

Expertos afirman que el desenlace de la huelga en la mina Escondida en Chile enturbiará el clima laboral a corto plazo

Entrada a la mina de carbón La Escondida
COLPRENSA/CASTILLO MARTIN, CHRISTIAN GONZALO

   SANTIAGO DE CHILE, 24 Mar. (Reuters/Notimérica) -

   La inédita decisión de los trabajadores de la mina Escondida en Chile de extender su contrato para garantizar beneficios puso fin a una histórica huelga de 43 días, pero algunos expertos temen que enturbie el clima laboral en el mayor yacimiento mundial de cobre, además de impactar en el funcionamiento de la compañía a corto plazo.

   El escenario sobre los tres puntos que trabaron la negociación en la mina controlada por BHP Billiton será diferente cuando ambas partes se vuelvan a ver las caras el próximo año, debido a la entrada de una reforma laboral impulsada por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.

   Los trabajadores decidieron posponer la polémica discusión para garantizar sus beneficios, ya que la nueva norma que entra en vigor el próximo mes de abril contempla que el último contrato será la base para la discusión del siguiente.

   Lo que no cambiará es la agria relación entre la empresa y los 2.500 operarios sindicalizados después del desgaste de 43 días de paralización, tras los que los trabajadores se fueron sin el habitual apetecible bono de término de conflicto.

   "Aquí no se trataba de dinero, se trataba de dignidad", indicó a la agencia 'Reuters' Carlos Allendes, portavoz del gremio, que espera discutir a mediados de este año un acuerdo sobre sus jornadas laborales, lo que amenaza con volver a caldear los ánimos.

   Fuentes cercanas a la firma dijeron que el desenlace fue una "desilusión" para los ejecutivos, que deberán hacer frente a una nueva negociación el próximo año, bajo una presión mayor.

   "La huelga envenenó el pozo entre la compañía y el sindicato", comentó el jefe de la consultora Plusmining Juan Carlos Guajardo.

   La decisión frustró la intención de Escondida de recortar sus costes laborales, con lo que se prevee un "escenario complejo" y anunció que tendría que ajustar su plan operativo para dar viabilidad al negocio minero en el yacimiento.

   El sindicato rechazó lo que ve como amenazas de despidos y dijo que "si la empresa quiere perder otros 1.000 millones de dólares, nosotros estamos dispuestos a dar la pelea".

   La huelga retrasó la ampliación de una planta concentradora y la culminación de una segunda planta desalinizadora, esperados por la minera para reforzar su producción en medio del declive natural en las leyes minerales del depósito.

   "Después de este proceso, cabe preguntarse entonces quién ha resultado beneficiado con esta extensa huelga", comentó el jefe de la patronal Sociedad Nacional de Minería (Sonami) Diego Hernández.