Actualizado 10/11/2016 14:53

Firma invitada | Alerta de género en México: ¿Herramienta o cortina de humo?

   Por María Romero, responsable de la Fundación Internacional Baltasar Garzón en México (FIBGAR)

   CIUDAD DE MÉXICO, 10 Nov. (Notimérica) -

"Violada, asesinada, torturada y abandonada..." esta es la frase que se convierte en común cuando la prensa habla de las víctimas de feminicidio, y también "abandonada en una bolsa de plástico, en una maleta, arrojada al río, a un canal... tirada en un camino, partida en dos, quemada, degollada o desmembrada". ¿Por qué tanta violencia hacia la mujer? ¿Por qué persiste?

   La visibilización de la violencia feminicida en Ciudad Juárez y la sentencia de Campo Algodonero fueron determinantes para que en México se tomara conciencia de una lacra que está desangrando al país. Si bien es cierto que son muchos los esfuerzos del Estado mexicano para que las mujeres vivan una vida libre de violencia, se puede afirmar que hay tanto esfuerzo cuando se trata de proporcionar datos en cuanto a feminicidios.

   El Sistema Nacional de Seguridad Pública diferencia los homicidios en dolosos y culposos, pero no diferencia entre hombres y mujeres. En la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, buscar cifras oficiales, actualizadas y veraces es prácticamente imposible. Las cifras de víctimas de feminicidio se silencian y si Ciudad Juárez puso en el mapa internacional un punto negro --con las 1.530 mujeres asesinadas entre los años 1993 a 2014--, el Estado de México actualmente es un punto rojo, ya que sólo en el periodo en el que el actual presidente fue gobernador del Estado de México se registró una cifra de 1.997 muertes violentas de mujeres.

   La declaratoria de la Alerta de Género en el Estado de México es una de las herramientas que el Estado ha puesto en marcha con el impulso incansable de las organizaciones de la sociedad civil, que cuentan con el aval de las víctimas. La iniciativa, sin embargo, no ha tenido el impacto deseado y lejos de favorecer una disminución de feminicidios, éstos han aumentado y a día de hoy no hay quien explique los avances en la implementación de esas medidas o si se han implementado. Desde la sociedad civil se cree firmemente que la medida protege y subsana la deuda con las mujeres y la sociedad en general ante esta violencia feminicida, pero se necesitan mecanismos de implementación y control que no dejen de lado a los actores sociales, organizaciones de la sociedad civil y sociedad en general.

   Se hace necesario el desarrollo de estos mecanismos y dotarlos de herramientas como la apertura de espacios de participación ciudadana capaces de evaluar la efectiva implementación de dichas medidas o la adopción de mecanismos alternos, creando sinergias con los distintos actores implicados y generando cambios reales y contundentes en la prevención y atención contra la violencia feminicida.

   Se trata de transformar los patrones estructurales que la mantienen y en este sentido contar con una sociedad civil capacitada, fortalecida e integrada en los procesos de toma de decisiones y monitoreo de la implementación, lo que se postularía como una medida garantista para las víctimas y familiares que no confían en las instituciones.

   El acceso a la justicia para las mujeres en el Estado de México no está garantizado y se observan patrones de abuso, dejación, lasitud, rupturas de cadena de custodia, violaciones al debido proceso, relacionados con la muerte de mujeres a lo largo y ancho de la República. Puebla, Veracruz, Oaxaca, Guanajuato, Tamaulipas, Aguascalientes, etc., son buen ejemplo de ello y las muertes suman y siguen, mientras el mensaje de impunidad permea en la sociedad, que termina normalizando la violencia contra las mujeres.

   Así, se desdibuja la buena intención de la declaratoria de Alerta de Género y se convierte en una cortina de humo, una estrategia de simulación que no es efectiva, eficaz y eficiente en la protección de los derechos de las mujeres, mientras la vida cotidiana de las mujeres del Estado de México, y no sólo de los 11 municipios con Alerta de Género, cambia y se ven obligadas a tomar precauciones para preservar la vida, para no formar parte de los datos estadísticos que no existen.