Actualizado 26/10/2016 23:04

El grafiti urbano llena de color las calles de Brasil

   BRASILIA, 26 Oct. (Notimex/Notimérica) -

   El grafiti gana cada vez más presencia en Brasil, sobre todo en Sao Paulo, una ciudad gris que se presta a los murales coloridos, pero también Río de Janeiro, donde hace semanas se inauguró el más grande del mundo, cuyo autor prepara un proyecto en Ciudad de México.

   "Etnias" es un mural gigantesco en la zona portuaria de Río de Janeiro y está compuesto por cinco retratos que representan los cinco continentes, un trabajo a cargo del artista urbano Eduardo Kobra, de 38 años de edad, quien relata que tiene planes para realizar una obra en la capital mexicana, la tercera en ese país.

   "Esta semana recibí una invitación de la Ciudad de México para realizar un mural que todavía no está definido. Será algo historia del país o de la ciudad, o algo sobre la protección de animales o la paz", explica Kobra, que lleva casi tres décadas pintando en Sao Paulo y en más de 20 países.

   Este autor, protagonista de un récord Guiness por el mural "Etnias", para el que trabajó tres meses y necesitó ocho horas diariaS subidas a un andamio durante más de un mes, acaba de venir de Amsterdam, Japón e Italia, donde ha decorado con sus pinturas edificios públicos.

   Ahora, explica, prepara un viaje a Ciudad de México para realizar su tercer mural en el país, tras haber realizado uno en Playa del Carmen y uno más en San Miguel de Allende.

   "Antes de decidir lo que voy a hacer (en la Ciudad de México) quiero pasar un poco de tiempo allí, impregnarme con la ciudad. México es muy importante en mi trabajo por la influencia de los pintores muralistas", señala.

   Perseguido hace no tantos años por ser considerado un acto de vandalismo, el grafiti gana cada vez más espacios en Brasil.

   En Sao Paulo, una urbe de dimensiones colosales con mil 500 kilómetros cuadrados donde los carteles publicitarios están prohibidos en las fachadas, los edificios grises sirven de perfecto lienzo para los grafiteros.

   La ciudad cumple a rajatabla la Ley de la Ciudad Limpia, en vigor desde 2007, que prohíbe la publicidad exterior porque puede "contaminar" visualmente la mayor urbe de América del Sur.

   En ese escenario, sin embargo, no todo lo que domina es el gris de los edificios: el grafiti y la 'pixaçao' --pintadas con espray que evocan reclamas sociales-- se extienden por barrios enteros, hasta el punto de que existe un museo abierto, el primero de este género.

   En el norte de Sao Paulo se erige el Museo Abierto de Arte Urbano, inaugurado en 2011 y compuesto por 60 expresiones artísticas en forma de grafiti que se exponen en los cimientos de uno de los viaductos de tráfico con los que cuenta la ciudad.

   "El proceso en que la ciudad ha permitido más arte urbana todavía está produciéndose. No está totalmente tolerado. Depende de una serie de autorizaciones y del trabajo de cada artista. Hay quien lo hacen de forma ilegal y otros que lo hacen de forma legal, porque piden autorizaciones", explica Kobra.

   El lugar más célebre es el Becco Batman, una encadenación de grafitis en una calle que todos los días es visitada por turistas, publicitarios y, en ocasiones, modelos, por ser un fantástico escenario para grabar anuncios publicitarios.

   "Cuando expones su trabajo en la calle es de forma permanente: se cambia la arquitectura del lugar y de la gente que pasa por ahí. Es muy relevante", señala Kobra, quien admite que tardó 30 años en pisar una galería de arte, pero ahora no deja escapar ninguna en las ciudades que visita.

   "Nunca imaginé que pudiera vivir y viajar por todo el mundo haciendo mi trabajo. Siempre pinté de forma muy intuitiva y espontánea. Como la primera vez que entré en una galería de arte fue con 30 años, siempre estuve muy influenciado por el arte urbano", recuerda.

   "Ahora estoy combatiendo ese retraso yendo a todas las galerías y museos del mundo. Para mí es una sorpresa pintar en cinco continentes y en ciudades tan distintas", asevera.