Actualizado 29/04/2017 07:14

Guatemala lucha contra el cambio climático y la desnutrición

Árbol Ramón
WIKIPEDIA

   CIUDAD DE GUATEMALA, 29 Abr. (Notimérica) -

   El Corredor Seco de Centroamérica es uno de los ejemplos más palpables de los devastadores efectos del cambio climático en Iberoamérica: hace más de cinco años que la lluvia comenzó a faltar. En consecuencia, entre el 50 y el 90 por ciento de las cosechas de granos básicos para el sustento de la zona se han perdido.

   Sin alimentos como frijoles o maíz, los habitante de estos territorios pasan hambre. Este es el caso de Guatemala, uno de los diez países más afectados por el cambio climático --según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU)--, donde unas 900.000 personas tienen necesidad de ayuda alimentaria.

   Aún a pesar de que existe la posibilidad de apoyar a la población afectada mediante ayudas, el futuro pasa por la adaptación a las nuevas circunstancias, con el fin de impulsar el crecimiento del país.

   Las lluvias, antes habituales entre mayo y septiembre, son ahora escasas. La sequía que sufre Guatemala ha dejado a más de dos millones de personas afectadas, empeorando una situación de desnutrición tristemente crónica, que deja datos tales como que el 50 por ciento de los niños guatemaltecos entre dos y cinco años no consume el alimento necesario para su desarrollo físico e intelectual.

   Según ha apuntado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), el problema reside en la irregularidad de las precipitaciones. La situación que se da en el Corredor Seco es de extensos periodos de sequía y lluvias desmedidas en un corto periodo de tiempo.

   Ante estas circunstancias, cientos de guatemaltecos han tenido que buscar una salida para sacar adelante sus cultivos. Así surgió la idea de almacenar agua, a través de un depósito con una membrana, que recibe el agua canalizándolo por un canalón. En este contenedor, el agua puede permanecer incluso cuatro meses, en los que se utiliza como sistema de riego, para sobrellevar la época de sequía.

   Otro de los sistemas utilizados para poder cultivar durante todo el año es la plantación del árbol Ramón, conocido como 'Ujuxte'. La singularidad de este árbol se encuentra en que sus raíces filtran nitrógeno a la tierra, las hojas sirven como abono y su tronco se utiliza de leña para las cocinas. La fertilidad que produce a su alrededor ha conseguido permitir el crecimiento de nuevas especies en el Corredor Seco.

   El gran valor de este árbol no solo ha mejorado la fertilidad de los terrenos de Guatemala, sino que ha servido para frenar la deforestación en una zona que sufre la destrucción de entre 10.000 y 25.000 hectáreas al año.

   La plantación de este árbol no solo ha supuesto que en Guatemala puedan darse productos como el cilantro, las moras, las zanahorias o los limones, sino que supone un avance en la lucha contra el hambre en un país en el que el 59,3 por ciento de la población vive bajo el umbral de la pobreza.

   El Corredor Seco de Guatemala esta implementando, mediante la plantación del árbol Ramón, la recolección de semillas o el almacenamiento de agua, no solo la mejora de su calidad de vida, sino la lucha contra el cambio climático, convirtiendo su tierra en una fuente de sustento sostenible y natural.