MADRID, 20 Oct. (Notimérica/EP) -
El hombre más feliz del mundo antes era un biólogo molecular que trabajaba en el Instituto Pasteur de París (Francia) --sin ánimo de lucro para prevenir y tratar enfermedades-- y ahora es un monje budista. Matthieu Ricard habla como nadie de la felicidad, pues asegura que "no nos preocupa la felicidad, sino vivir con pasión".
Asentado en la cordillera del Himalaya, Ricard asegura que "todo lo que hacemos, esperamos o soñamos está relacionado con un profundo deseo de bienestar o felicidad". Se trata de algo que según la persona elija puede determinar la calidad de cada instante de su vida.
"Uno de los comportamientos más frecuentes es confundir la felicidad con el placer, pero el placer depende del tiempo, el objeto y el lugar", tal y como señala Ricard, el ser humano se cansa por naturaleza de las cosas, y "en cierta manera, el placer se consume a sí mismo cuando lo experimentas".
La definición del bienestar --felicidad es un término más vago según Ricard--, según el budismo, es que esta no es sólo una sensación de placer, sino "un profundo sentimiento de serenidad y realización, un estado que impregna a todos los estados emocionales".
La mente se encarga de establecer qué condiciones externas son felicidad y cuales sufrimiento, ya que de cara al exterior el control de las personas sobre lo que les rodea es "variable, temporal y muchas veces ilusorio".
Desde el punto de vista de la experiencia, Ricard explica que hay una cualidad primaria de la consciencia que es el simple hecho de pensar y ser conscientes. Por eso, es posible percibir que detrás de cada pensamiento hay una conciencia desnuda y pura.
"El entrenamiento de la mente se basa en la idea de que dos factores mentales opuestos no pueden suceder al mismo tiempo, por lo que existen antídotos naturales a las emociones que son destructivas a nuestro bienestar interno", lo que significa que hay que buscar los sentimientos positivos y la libertad interior.
Transformar la mente es la auténtica forma de meditar, y eso implica "familiarizarse con una nueva forma de ser y de percibir el entorno". Para encontrar la felicidad es importante practicar el altruismo y sentirse fuerte con el bienestar propio, que es un estado de la mente bien educada.
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