Actualizado 26/04/2017 13:54

Honduras traslada a cientos de reos en un nuevo paso para cerrar su cárcel más peligrosa

Cárcel Pedro Sula Honduras
REUTERS

   TEGUCIGALPA, 26 Abr. (Reuters/Notimérica) -

   El Gobierno de Honduras trasladó el martes a cerca de 400 reos de máxima peligrosidad de la cárcel de San Pedro Sula, la más peligrosa del país centroamericano, desde donde algunos convictos siguen dirigiendo sus operaciones criminales.

   Bajo el resguardo de unos 2.500 efectivos de seguridad, unos 376 presidiarios fueron reubicados al penal de máxima seguridad conocido como 'El Pozo', en el departamento de Santa Bárbara (al noroeste del país), donde estarán bajo rigurosas condiciones de aislamiento.

   Otros 755 convictos, en su mayoría cabecillas de pandillas, fueron enviados el mes pasado a ese mismo centro desde el saturado penal de San Pedro Sula, donde todavía quedan algo más de dos millares de reos, el doble de la capacidad para la que fue construido.

   "En estas dos operaciones (...) hemos trasladado a 'El Pozo' a los convictos más peligrosos del presidio de San Pedro Sula", dijo el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien espera cerrar ese presidio antes de que termine el año.

   Las autoridades aseguran que cabecillas de bandas criminales utilizan el presidio de San Pedro Sula para ordenar extorsiones, homicidios y secuestros. Los reos trasladados el martes son de los llamados 'Paisas' o 'Pesetas', en su mayoría expandilleros convictos por asesinatos, narcotráfico, secuestros y extorsión.

   El Gobierno asegura que el traslado de reos a otras cárceles más nuevas ha debilitado las estructuras que controlan los centros penitenciarios y ha ayudado a reducir los crímenes en la industrial San Pedro Sula, la ciudad más violenta del país, ubicada a unos 165 kilómetros al norte de Tegucigalpa.

   Aunque el Gobierno de Hernández ha logrado reducir sensiblemente la violencia de pandillas y cárteles del narcotráfico, Honduras sigue teniendo una de las tasas de homicidios más altas del mundo y sus 30 cárceles están superpobladas con más 17.000 presos, el doble de su capacidad.