Actualizado 03/10/2017 12:12

Iberoamérica celebra el Día Internacional para la Tolerancia

   MADRID, 16 Nov. (Notimérica) -

"La tolerancia es el respeto, la aceptación y el aprecio de la riqueza infinita de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos". Así se define este principio según la Organización de Naciones Unidas (ONU) del que hoy se celebra su Día Internacional.

   La conmemoración de esta jornada se estableció el 16 de noviembre de 1995, cuando se estableció la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, unas medidas que adoptaron los diferentes miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

   La Declaración de Principios sobre la Tolerancia se fundamenta en otros instrumentos internacionales como la declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y de discriminación fundadas en la religión o en las carencias y la declaración sobre los derechos de las personas pertenecientes a las minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas.

   Además, su resolución se fundamenta sobre otros aspectos de intolerancia, entre los que destaca el terrorismo, para una propuesta de paz y el proceso económico y social de todos los pueblos. El respeto de los Derechos Humanos el pluralismo, la democracia y el estado de derecho son los pilares principales en los que se basa esta celebrada actitud.

   Cono se trata de un derecho esencial, sus dimensiones traspasan el ámbito social hasta llegar al educativo, donde "debe considerarse como un imperativo urgente" fomentando métodos sistemáticos y racionales que aborden las raíces principales de la violencia y la exclusión.

ETNIAS INDÍGENAS

   En este ámbito de discriminación, los más afectados son los pueblos indígenas de América Latina, una situación que llevan arrastrando desde siglos atrás. Si bien es cierto que estos países están experimentando una profundización de sus democracias desde principios del siglo XXI que ha procedido al "reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y su innegable protagonismo en las agendas nacionales e internacionales".

   Así lo corrobora la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe titulado 'Los pueblos indígenas en América Latina. Avances en el último decenio y retos pendientes para la garantía de sus derechos' publicado con el objetivo de informar sobre la situación en la que se encuentran los colectivos más desfavorecidos.

   A pesar de que se hayan realizado importantes transformaciones sociales después del fin de la Guerra Fría --cuando los pueblos indígenas pasaron de ser un asunto nacional a adquirir características internacionales-- aún queda mucho camino por recorrer.

Uno de los principales retos es la inclusión de los derechos de los pueblos indígenas entre las prioridades políticas, teniendo en cuenta que existen más de 800 pueblos indígenas en toda Sudamérica. Claro está que la situación actual de estos colectivos sólo puede ser comprendida como el resultado histórico de la llegada de los europeos hace más de cinco siglos.

   Con el establecimiento obligatorio de nuevas formas de vida, cultura, puntos de vista y formas de relacionarse, los indígenas perdieron su "territorialidad política" y, en consecuencia, su valor y soberanía sobre estos territorios, obligados a trabajos forzosos y castigos inhumanos.

   El segundo proceso de desterritorialización de los pueblos indígenas se produjo a mediados del pasado siglo XX, cuando las grandes empresas nacionales y transnacionales se apropiaron de un territorio que no les pertenecía. No obstante, en cada uno de estos episodios la resistencia indígena ha tenido especial relevancia hasta llegar al período actual.

AVANCES

Su lucha ha sido persistente a lo largo de la historia, una resistencia que se ha visto reflejada en el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Trivales en 1989 y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en 2007; consecuencia de los diferentes acuerdos internacionales alcanzados durante los años 90.

   En la última década, los pueblos indígenas han ido posicionando sus derechos en las legislaciones y la institucionalidad de los Estados, un difícil proceso que todavía no se da en la mayoría de los países iberoamericanos. Su inclusión en el acuerdo y en la adopción de decisiones que les afectan directamente también sugiere un impacto directo en el resto de derechos y libertades.

   Uno de ellos es el derecho a la identidad a través de actividades deportivas, religiosas, culturales y espirituales que acercan sus conocimientos y costumbres ancestrales a la sociedad. Aun así, las mujeres y los niños continúan siendo los más perjudicados frente a los hombres adultos.

   Con la instauración de regímenes democráticos en Iberoamérica, ha sido relevante el aumento de la influencia y participación política de los pueblos indígenas. Uno de los principales ejemplos es el Estado Plurinacional de Bolivia, donde las transformaciones del Estado se expresan también a nivel municipal.

   De esta manera, su incursión en la vida política y social ha fomentado su constitución como sujetos políticos. No obstante, aun queda mucho por hacer, ya que los pueblos indígenas están demandando el respeto y la aplicación de los principios políticos, jurídicos, económicos, culturales y sociales de forma práctica y real.