Publicado 04/09/2015 17:14

La Iglesia Universal, condenada por prometer un milagro a un enfermo de sida

   RÍO DE JANEIRO, 4 Sep. (Notimérica) -

   La Iglesia Universal del Reino de Dios, una de las comunidades evangélicas más poderosas de Brasil, ha sido condenada a indemnizar con 300.000 reales (80.000 dólares) a un portador de sida al que convenció de abandonar el tratamiento médico para que se curase únicamente con la fe.

   Según ha informado el Tribunal de Justicia de Río Grande do Sul, donde tuvieron lugar los hechos, el fiel, de 36 años, contrajo la enfermedad en 2005 y dejó el tratamiento en septiembre de 2009. Tan solo dos meses después empezaron las complicaciones, al contraer una neumonía.

   Pasó 77 días en el hospital, estuvo en coma y llegó a pesar apenas 40 kilos, pero él no ha sido la única víctima de la estafa, ya que por orientaciones de la Iglesia también dejó de usar preservativo en sus relaciones sexuales y contagió a su mujer.

   "Los pastores decían que la medicina estaba desactualizada, llevaban testimonios de gente que se curó de cáncer, de sida. Cuando las personas no aceptan donar sus bienes dicen que tienen dentro un espíritu maligno que no lo está permitiendo", ha explicado la víctima en declaraciones al diario 'Folha de São Paulo'.

   Este tipo de prácticas son habituales en la Iglesia Universal, que promueve las llamadas 'hogueras santas', rituales en los que se recauda dinero y bienes en nombre de Dios, en la mayoría de casos aprovechándose de la vulnerabilidad de personas con hijos enfermos, en situación económica delicada, etc.

   De hecho, la psicóloga que está atendiendo al enfermo de sida, cuyo nombre no ha trascendido, también está ofreciendo ayuda a otras 50 personas que también dejaron el tratamiento contra el sida siguiendo los consejos de los pastores de esta Iglesia.

   La sentencia condenatoria hace referencia a diversas pruebas que evidencian estas prácticas, como declaraciones en redes sociales sobre falsas curas de sida propagadas por un obispo, un documento de la propia iglesia en el que recomienda el "sacrificio" o el testimonio de un ex obispo que admitió haber donado todo su patrimonio para sanar a su hija.

   Además, el juez Eugenio Faccini carga duramente contra los que, "en nombre de Dios, amenazando con la ira satánica, construyen un lucrativo negocio financiado, muchas veces, por el miedo", y añade: "La religión en Brasil se ha convertido en un gran negocio. La Constitución no aseguró la libertad religiosa para materializar esas distorsiones".