Actualizado 21/05/2017 07:19

Indígenas no conectados, el colectivo abandonado por el Gobierno brasileño

Tribus indígenas no contactadas en la Amazonía
REUTERS

   BRASILIA, 21 May. (Notimérica) -

   Más de un centenar de pueblos indígenas aislados habitan en Brasil. Cientos de personas viven en el seno de la Amazonia brasileña sin contacto con otros pueblos, debido en parte a la destrucción a la que empresas madereras, agroganaderos y constructoras someten a su territorio.

   No existen cifras sobre la amenaza que las aspiraciones capitalistas de empresas y magnates supone para los pueblos indígenas aislados de Brasil, pero esta se multiplicará si el Gobierno de Temer desmantela las protecciones legales que existen sobre estas tribus amazónicas.

   Una vez eliminadas estas restricciones legales, cientos de invasores podrían destruir legalmente el hogar de estos indígenas, que suponen más de dos tercios de la población mundial de tribus no conectadas.

   Además, que grupos foráneos se internen en estas zonas puede conllevar la transmisión de enfermedad comunes para las que los indígenas no conectados no tiene anticuerpos, haciéndoles desarrollar graves patologías e incluso la muerte, como ya ocurrió con el sarampión o la gripe. Todas las experiencias de contacto con foráneos han resultado desastrosas para estos pueblos.

   La protección que el estado brasileño despliega sobre estas zonas, tan vulnerables como apetecibles, se reduce a 19 equipos de la Fundación Nacional de Indio (FUNAI), organismo al que el Gobierno podría eliminar del presupuesto estatal brasileño.

   La FUNAI, una entidad pública adscrita al Ministerio de Justicia, se encarga de la lucha por la protección de los derechos e intereses de los pueblos indígenas, así como de su cultura. Además, uno de sus principales cometidos es evitar la invasión de tierras indígenas por foráneos, especialmente la de aquellos más vulnerables, los no conectados.

   Colectivos de activistas indígenas y no indígenas se han posicionado contra el Gobierno de Temer que aseguran que "con los recortes de la FUNAI, el Gobierno está declarando la extinción de los pueblos indígenas", según ha declarado la activista Sonia Guajajara, según ha recogido la organización 'Survival'.

   Pos su parte Paulo Marubo, indígena del Valle de Javarí, en la Amazonia brasileña, ha asegurado que "si se desactivan los equipos de protección, será como antes, cuando muchos indígenas morían masacrados o por las enfermedades. Si los madereros vienen, querrán contactar con los aislados, y transmitirán enfermedades e incluso los matarán".

   El director de 'Survival International' --el organismo que se ha posicionado como líder en la lucha por los derechos de los pueblos indígenas a nivel global--, Stephen Corry, ha afirmado que "los recortes presupuestarios del Gobierno para proteger a los pueblos indígenas aislados claramente no tienen nada que ver con el dinero: el gasto que conlleva es mínimo. Es una maniobra política del agronegocio que ve a las tribus no contactadas como una barrera para los beneficios, y que tiene en su punto de mira la selva que hasta ahora estaba fuera del alcance de la exploración".

   "La realidad es que estos recortes pueden conducir al genocidio de los indígenas aislados", ha añadido Corry.

   La situación de aislamiento de estas tribus hace imposible que reclamen unos derechos que les son propios: vivir en paz en el que ha sido su hogar durante siglos, según su cultura y sus costumbres y no ser sometidos a una ingerencia foránea que podría traer consecuencias catastróficas.