BUENOS AIRES, 4 Abr. (Notimérica) -
Tahiana Marrone es una mujer transexual que tiene 51 años y vive en Santa Fe (Argentina). En 1982 cuando tenía 17 años y se llamaba Osvaldo combatió como soldado contra los británicos en las Islas Malvinas. Al finalizar la guerra con 21 años empezó a hormonarse para luchar contra el síndrome de Klinefelter que padecía. Estas dos batallas marcan su sobrecogedora historia.
El síndrome de Klinefelter (conocido como 'XXY') aparece en varones que nacen con al menos un cromosoma 'X' extra, siendo lo normal un cromosoma 'X' y un cromosoma 'Y' en hombres y dos cromosomas 'X' en mujeres. Este síndrome se presenta aproximadamente en uno de cada 1.000 bebés varones. Los síntomas varían desde proporciones corporales anormales, infertilidad o problemas sexuales.
"A los 21 años, por una cuestión de la maldita sociedad, me hice un tratamiento con testosterona. Me enamoré, me casé con una mujer y tuve dos hijos por inseminación. Pero ese proceso hormonal me reventó la vida, me la pudrió por dentro", explica Marrone al periódico 'Día a Día'.
Hace dos años dejó el tratamiento hormonal y decidió dejar de luchar contra sí misma. "Me mantenía como un varón con testosterona, pero estaba mal. Tenía un carácter de mierda y cada vez me empecé a sentir peor", declara la mujer trans. En la actualidad, Marrone es técnica en sistema y empleada de la Lotería de Córdoba.
"A la gran mayoría de las trans la sociedad les cierra la puerta. Yo tengo este amor propio, esta independencia financiera porque me desarrollé profesional y laboralmente como un varón. Esa no es la realidad de todas las chicas", afirma Marrone quien admite sentirse "sola física y espiritualmente".
Cuando su historia fue publicada, Marrone se enfrentó a comentarios despectivos a través de las redes sociales. Algunos como "lo de su valor, nadie lo pone en duda. Pero no es ni nunca fue un hombre" o "porque deje de hormonarse no se va a curar, sino simplemente se rinde ante la enfermedad, con todos los graves trastornos que ello ya conlleva. Una pena que se mienta así a la sociedad", entre otros.
De la guerra en las Malvinas le queda el "peso de la derrota" y de su lucha personal ha obtenido el rechazo de sus hermanos y de sus propios hijos. Ahora Tahiana Marrone disputa su última batalla, la aceptación social. Todo un ejemplo de superación y valentía para la comunidad trans que aún hoy en día sufre un fuerte rechazo.
