Actualizado 15/02/2016 09:46

El Papa pide en una multitudinaria misa "abrir los ojos frente a tantas injusticias"

"Metámonos en la cabeza, con el demonio no se dialoga, solamente con la palabra de Dios se le puede derrotar", insta a los fieles

   CIUDAD DE MÉXICO, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El Papa ha pedido en una multitudinaria misa celebrada en Ecatepec "abrir los ojos frente a tantas injusticias", al tiempo que ha advertido a los mexicanos que "con el demonio no se dialoga" porque "solamente con la palabra de Dios se le puede derrotar", por lo que les ha pedido que resistan a las tentaciones de la riqueza y de la corrupción.

   Francisco ha hecho estas declaraciones en la homilía de la multitudinaria misa que ha celebrado en la localidad mexicana de Ecatepec, una de las más pobres y con mayor índice de violencia del país, especialmente contra las mujeres.

   El Pontífice ha reconocido que no es fácil evitar la seducción del "dinero, la fama y el poder", pero ha pedido a los mexicanos que opten por Jesús. Asimismo, ha instado a "abrir los ojos frente a tantas injusticias que atentan directamente contra el sueño y proyecto de Dios".

   Además, ha vuelto a arremeter contra la corrupción al afirmar que la "riqueza" que produce es "el pan con sabor a dolor, amargura, sufrimiento. "En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos", ha sentenciado.

   Así, ha clamado contra las tentaciones de poder y fama "que intentan arruinar la verdad a la que hemos sido llamados" y ha afirmado que la Cuaresma "son tiempos para quitarse la apatía y el cansancio".

   Por ello ha llamado a los mexicanos a confiar su vida a Dios. "Dios es misericordioso y para sanar los corazones de quienes se sienten lastimados", ha exclamado. "Su nombre es nuestra riqueza, su nombre es nuestra fama, su nombre es nuestro poder", concluido.

   Esta homilía forma parte de los actos que Francisco esta llevando a cabo en su segundo día de visita apostólica a Mexico, país en el que permanecerá hasta el 18 de febrero. Anoche, al término de la primera jornada, Francisco dio la buenas noches a los fieles que le esperaban en la Nunciatura.