Publicado 06/05/2016 18:26

Micaela Polivoy, una superviviente de la tragedia en la fiesta electrónica Time Warp

Jovén ingresada por consumo de drogas
LUCAS POLIVOY/FACEBOOK

   BUENOS AIRES, 6 May. (Notimérica) -

   Micaela Polivoy es una joven argentina de 20 años que fue ingresada en el hospital, junto a otros cuatro chicos, por intoxicación a causa del consumo de drogas en un festival de música electrónica que se celebró en Buenos Aires el pasado 16 de abril, y en el que murieron cinco jóvenes.

   "Se despertó. No sabía qué había pasado ni dónde estaba. Se asustó mucho. Primero le dije que había ido a la fiesta. Le expliqué cómo había llegado al hospital, por qué estaba internada y que había otros chicos en la misma situación." relata su hermano Lucas Polivoy, de 23 años, al diario argentino 'La Nación'.

   La chica, que fue trasladada del hospital Fernández y actualmente ingresada en el CEMIC de Buenos Aires, se encuentra estable. Según ha explicado su hermano, sólo tiene fiebre de vez en cuando y los médicos consideran que se debe a una infección.

   Sin embargo, todavía no logra acordarse de lo que pasó en la fiesta. "Cuando estaba un poco mejor, le contamos que habían muerto cinco personas y que había más chicos hospitalizados", señaló Lucas, y aseguró que cuando la joven se tranquilice o empiece a ir a terapia psicológica es posible que vaya recordando cosas. "Ahora ya no hablamos del tema de la fiesta. Intento que se olvide un poco de todo y hacerla reír", sentenció.

   El chico, que siempre ha estado muy unido a su hermana, explicó cómo se sintió durante los primeros días en los que Micaela estaba sedada. "Cuando estaba en terapia intensiva los propios médicos te decían que tenía un 80 por ciento de probabilidades de no sobrevivir, y cuando hablaba de la situación era como si no me pasara a mí", relató Polivoy.

   Su hermano aseguró que es una "sensación extraña" y que se sentía anonadado. "Estás como en un trance. Es irreal. Creo que es porque tanto dolor no te entra en el cuerpo", sentenció.

   Sin embargo, él nunca perdió la esperanza y mientras Micaela estaba sedada hablaba con ella y le daba fuerza para salir adelante. "Siempre le hablé. Le decía que no bajara los brazos, que la estaba esperando, que no sé vivir sin ella".