MÉXICO DF, 26 Feb. (Notimérica) -
El color naranja y negro propio de la mariposa monarca cubre el cielo de algunas zonas de México durante los meses de invierno, cuando este insecto se asienta en el país, huyendo del frío de Canadá, donde habita durante el verano.
Suele asentarse en la zona este de Michoacán y en el oeste del Estado de México, lugares que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y en los que la mariposa monarca crea durante el invierno una postal paisajística de ensueño, que sorprende a los numerosos visitantes que se acercan hasta estos lugares.
La migración de la mariposa monarca es como una especie de milagro de la naturaleza, ya que es capaz de recorrer 4.000 kilómetros en su viaje hacia tierras más cálidas, lo que equivale a 120 kilómetros al día.
Son millones de mariposas monarca las que atraviesan Norteamérica cada año para llegar hasta México.
En este país hibernan durante los meses de enero y febrero entre las hojas de pinos y oyamales, y es en febrero cuando más revolotean alrededor de los árboles que les han dado cobijo.
La mayoría de mariposas monarca viven entre cuatro y cinco semanas, pero hay una generación, la conocida como Matusalén, que tiene una longevidad de hasta tres meses, siendo así capaz de realizar el viaje completo desde Canadá hasta México.
Sin embargo, el viaje de regreso a zonas más frías del norte de América debe ser realizado por hasta tres generaciones de mariposas monarcas.
Un recorrido que inician durante las últimas semanas del mes de marzo, tras haber permanecido más de tres meses en México.
Según los expertos, este invierno se ha duplicado e, incluso, triplicado la población de mariposas monarca, notablemente disminuida en los últimos años por la tala de árboles en las zonas del Estado de México y Michoacán en las que se asientan.
