Actualizado 01/08/2015 15:14

Las misteriosas y encantadoras islas de Chile

Foto: WIKIMEDIA
    

   MADRID, 1 (Notimérica)

   Las islas siempre han conseguido ser vistas y apreciadas como porciones de tierra enigmática, especiales y solo por su existencia consiguen atrapar a cada viajero. Si además estas islas están repletas de historia, cultura ancestral, y un entorno de ensueño ganan en importancia y en deseos de ser visitadas. Todas estas particularidades están dentro de un mismo país: Chile. Por eso sus islas consiguen quedarse en el imaginario colectivo para siempre.

   De los centenares de archipiélagos e islas que existen en Chile, hay tres que se llevan las preferencias de los visitantes y a las que podrás viajar con mayor facilidad: Isla de Pascua, Robinson Crusoe y Chiloé. Las dos últimas están muy alejadas del continente, 3.700 km y 500 km respectivamente, en pleno Pacífico. Chiloé, sin embargo, está situada a tan solo treinta minutos en transbordador desde Puerto Montt o también se puede llegar a ella en avión, gracias al nuevo aeropuerto de Castro.

LA ISLA DE PASCUA.

   La Isla de Pascua, o Hanga Roa en su lengua original, es uno de los lugares más llamativos del país y, posiblemente, del planeta por tratarse de la isla habitada más remota del mundo. No hay otra porción de tierra tan aislada y apartada en el océano y esa misma condición le otorga un aura de fascinante misterio.

   En la isla se encuentra Rapa Nui, el 'Ombligo del Mundo' o 'Tepito Ote Henua', como la llamaban sus antiguos habitantes, un Parque Nacional declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Sus playas de arena rosa o aquellas que son casi paridisiacas, su gastronomía, sus volcanes, praderas y cavernas, por los que caminar, montar a caballo o, incluso, perderse hacen de este lugar un sitio idílico.

   Pero si hay algo que hace especial a este lugar son los Moais, esas estatuas de más de 800 años de antigüedad que representan un trocito de la aun misteriosa historia de la Isla de Pascua y del pueblo Rapa Nui. Y es que los 'Moais Aringa Ora', que en su lengua de origen significa 'rostro vivo de los ancestros', siguen siendo a día de hoy un enigma que numerosos estudios no han sabido responder.

   Se estima que los primeros habitantes de Rapa Nui, con el rey Hotu Matu' a la cabeza, llegaron desde las Islas Marquesas en el siglo VI y que durante más de mil años no tuvieron contacto con el exterior. Hasta el domingo de Pascua del año 1722 que fue descubierta para el mundo occidental por el navegante holandés Jakob Roggeveen, quien llegó procedente de la isla de Juan Fernández cuando buscaba la Terra Australis, y describió a los rapanui como "un sutil pueblo de mujeres hermosas y hombres amables".

   El aislamiento de este lugar hizo que su cultura, su desarrollo y su historia fueran especiales y diferentes: su idioma, sus mitos, sus tradiciones... y todo ello ha conseguido sobrevivir al paso de los siglos. Y es que, el espíritu de la cultura Rapa Nui sigue vivo en sus habitantes a través de su lengua, sus vestimentas, su música, sus bailes, sus festivales, su artesanía, sus tatuajes y su gastronomía.

   Sin embargo, el abuso sufrido por el pueblo en los siglos XIX y XX hizo que su escritura no trascendiera a las nuevas generaciones. La vuelta a las raíces alcanza su punto máximo durante la Tapati, palabra que significa 'Semana de Rapa Nui', una fiesta que se celebra cada mes de febrero durante las dos primeras semanas. Es una fiesta basada en las tradiciones del pueblo, que nació en 1968 para fomentar y conservar la cultura Rapa Nui. En ella, los rapanui se pintan el cuerpo como lo hacían sus ancestros y se realizan competiciones entre clanes con el objetivo de elegir a la "reina de la isla". La cultura originaria sigue viva y atrae a miles de visitantes que quieren descubrir cómo el tiempo no transcurre y permanece intacto en el "ombligo del mundo".

LA ISLA ROBINSON CRUSOE.

   La Isla Robinson Crusoe es la principal del Archipiélago Juan Fernández, compuesto además por las islas Santa Clara y Alejandro Selkirk. Fue descubierta por Juan Fernández en 1574 y habitada por corsarios y piratas que la ocupaban como refugio. Su historia está compuesta por una mezcla de los pasos de los corsarios y el primer combate naval de la I Guerra Mundial con un acorazado alemán hundido en sus costas.

   Fue en este isla donde se forjó el relato del náufrago Robinson Crusoe, la novela de Daniel Defoe, gracias a la historia del navegante escocés Alejandro Selkirk, que fue abandonado en octubre de 1704, siendo rescatado cuatro años y cuatro meses después.

   La Isla de Robinson Crusoe es perfecta para realizar fotografías, practicar senderismo, bucear en sus cristalinas aguas o disfrutar de su gastronomía y de la gran calidez y las apasionantes historias y leyendas de sus 500 habitantes, que hace un siglo colonizaron la isla.

   El encanto de la isla reside su gente y en su naturaleza: fue declarada Parque Nacional y Reserva de la Biosfera por Unesco, debido a su abundancia de plantas endémicas y su variedad de aves. Una variedad natural que supone un verdadero tesoro para la isla. Pero más allá la riqueza de su naturaleza, la isla posee un tesoro legendario, el que enterró en secreto Lord Anson a mediados del siglo XVIII y que, aunque aun no ha sido descubierto, se cree que contiene oro y joyas.

LA ISLA GRANDE DE CHILOÉ.

   El archipiélago de Chiloé, al suroeste de Puerto Montt y a unos mil kilómetros al sur de Santiago, es un conjunto de islas cercanas al continente cuyo mayor territorio, la isla Grande de Chiloé alberga ciudades como Ancud, Castro y Quellón, sedes de la cultura chilota, rica en mitos, gastronomía, solidaridad y arquitectura.

   La Isla Grande de Chiloé, con una extensión de 250 kilómetros de longitud y 50 de ancho, tiene un encanto genuino por sus habitantes, sus chilotes, la mezcla de los colonizadores españoles y el pueblo huilliche, reconocidos por su hospitalidad. Además de los hilliches, la isla estuvo habitada por los chonos y los cuncos antes de la llegada de los españoles. Alonso de Camargo descubrió la isla en el año 1540, cuando viajaba a Perú, pero fue Francisco de Ulloa quien realizó la primera expedición.

   Se gastronomía, sus peculiares y tradicionales casas de colores construidas sobre el agua llamadas 'palafitos', y sus iglesias de madera construidas entre los siglos XVIII y XIX, 16 de ellas declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco, hacen de Chiloé un lugar especial.