Actualizado 29/03/2017 13:24

Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, ¿qué fue, por qué surgió y quiénes lo integraron?

   BUENOS AIRES, 7 Oct. (Notimérica) -

   El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) fue una corriente fundada en 1967 dentro de la Iglesia Católica argentina, que intentó articular la idea de renovación de la Iglesia subsiguiente al Concilio Vaticano II con una fuerte participación política y social. El MSPTM propuso un regreso a los preceptos del cristianismo primitivo, alentando una iglesia que acompañase a los más pobres en las luchas populares.

   La presencia del factor religioso en situaciones de crisis sociales y políticas como las vividas en Argentina, hacen imprescindible la apertura de un debate postergado acerca de cuál debe ser el papel de la Iglesia dentro del contexto socio-político.

   En este contexto, el MSPTM tomó una postura definida, asumiendo una actitud de liderazgo frente a la situación política y social, luchando por la reivindicación de los sectores populares y proponiendo una transformación estructural a partir de la praxis.

   De este modo, el movimiento surgió después de la lectura de un documento, del que incluso toma el nombre. En un intento de adhesión de un grupo de tres sacerdotes, Rodolfo Ricciardelli, Andrés Lançon y Miguel Ramondetti a los que les llegó un manifiesto de 18 sacerdotes del Tercer Mundo.

   Según Ramondetti, el documento se jugaba en un ámbito de política y religión, que en la concepción de la Iglesia Profética era esencial, no podía haber profetismo sin política. Pero entre los 18 obispos no había ningún argentino. Por esta razón, el 1 de mayo de 1968 se reunieron un grupo de sacerdotes de todo el país en Córdoba y surgió entonces una propuesta que tuvo bastante repercusión puesto que obtuvo la adhesión de 500 sacerdotes argentinos, para los obispos latinoamericanos que se iban a reunir meses después en la Conferencia de Medellín, en Colombia.

   Desde el derrocamiento del 'peronismo' la lucha política no siempre se había librado dentro del marco de la legalidad, las movilizaciones de masa habían sido un instrumento de chantaje dentro de las estrategias de negociación. Los sucesivos Gobiernos militares habían ido suprimiendo los canales legales y extralegales, que habían servido de instrumento de negociación al sindicalismo y habían abierto el camino a las rebeliones espontáneas que estallarían luego en el país.

   En este contexto, la presencia del discurso religioso de los Sacerdotes del Movimiento fue muy importante. El movimiento que se organizó alrededor del reclamo de los derechos de los sectores populares, reivindicaba el espíritu de la Iglesia Profética remozado en el Manifiesto de 18 obispos que se presentó como una aplicación del Concilio Vaticano II y de la encíclica Populorum progressio, para los países que quedaron fuera de la entonces, bipolaridad mundial.

   Este documento fue firmado por 270 sacerdotes argentinos en diciembre de 1967, llegando a ser 400 en 1968. Tres puntos fueron los que concentraron mayor adhesión: Las Ideas del Manifiesto, el compromiso de actuar según esa línea de ideas y la expresión del deseo de ver a los obispos argentinos comprometidos en ese sentido.

   Pero detrás de todo esto había un mensaje muy concreto, se estaba expresando la necesidad de una 'liberación', un cambio de sistema político y una transformación de la sociedad.

   Asimismo, entre los integrantes del MSTM se encontraban los padres Miguel Ramondetti, Rodolfo Ricciardelli, Héctor Botán, Carlos Mugica --asesinado en 1974--, Elías Musse, Rubén Dri, Rolando Concatti, Rafael Yacuzzi, Jorge Adur, Domingo Antonio Bresci, Alberto Carbone, Luis Farinello, Miguel E. Hesayne, Pablo Tissera, Osvaldo Catena, Fernando Boasso, Jorge Vernazza, Carlos Aguirre, Aldo Büntig, José "Pepe" Serra, Osvaldo Musto, Vicente Reale, Oscar Bracelis, Rolando Concatti, Edgar Taricco, Miguel Perez Burgoa, Agustín Totera, Carlos Pujol.

   Finalmente, junto con el recrudecimiento de la represión, tras la muerte de Perón y el ascenso de José López Rega, el movimiento perdió capacidad de acción y acabó por disolverse unos años más tarde. Aunque algunos de sus miembros dejaron el sacerdocio, especialmente para contraer matrimonio, la mayoría permaneció en el mismo.