MADRID, 2 Jul. (Notimérica) -
Un intenso tiroteo en las favelas del Complejo de Alemão, en Río de Janeiro, ha dejado este jueves a una mujer de 27 años en estado de gravedad y a un niño de 11 años herido, aunque el menor no corre peligro de muerte.
La mujer, identificada como Fátima Aparecida Gomes de Oliveira, se encuentra ingresada en el hospital, mientras que el niño, David Soares, se encuentra estable después de haber pasado por una cirugía, ha informado el portal brasileño G1 de Globo.
Fátima se encontraba en el balcón de su casa cuando recibió un tiro en el pecho, mientras que David se encontraba jugando con su hermana cuando fue alcanzado con las balas. Según los vecinos, los servicios de emergencia tardaron una hora en llegar y la mujer tuvo que bajada por las escaleras por los vecinos.
Según las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), el tiroteo comenzó después de que los agentes fueran atacados por traficantes armados que se encontraban realizando labores de patrullaje. Por su parte, la Comisaría 22 de la Policía ha indicado que los disparos comenzaron después de que los policías militares fueran acorralados durante siete horas, aunque el batallón ha negado la información.
Tras el tiroteo, un coche ha quedado agujereado y una pared tiene las marcas de las balas. Una feria del trabajo que iba a tener lugar el sábado ha sido cancelada como medida de protesta contra la violencia en las favelas.
Asimismo, cerca de 2.000 alumnos no han ido a clase este jueves por la mañana porque las clases han sido suspendidas, mientras que, de acuerdo a la Secretaría Municipal De Educación (SME), dos colegios y tres escuelas de desarrollo infantil se han visto afectadas por el operativo policial.
Este es el tercer tiroteo que tiene lugar en las favelas de Alemão esta semana. El complejo, que durante 2013 no registró víctimas mortales a causa de los tiroteos, ha visto reactivada la violencia desde el verano de 2014.
El pasado mes de abril un miembro de la Policía Militar (PM) de Río de Janeiro confesó ser el autor del tiro que acabó con la vida del niño Eduardo de Jesus Ferreira, de diez años, dando así la razón a la madre y a los vecinos, que desde el primer momento acusaron a los policías de la UPP.
Los vecinos, cansados de la violencia policial y de la impunidad con que actúan quienes deberían protegerles, emprendieron una serie de marchas espontáneas.
El ambicioso plan de 'pacificación' que se puso en marcha en 2008 y que cuenta con las UPP para expulsar al narcotráfico del estado de Río se encuentra cuestionado desde todos los frentes por el repunte de las muertes y por la cruda violencia policial.