Publicado 30/05/2016 21:29

Vecinos de Buenos Aires trabajan para sanear el río Reconquista

Reconquista
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   BUENOS AIRES, 30 May. (Notimérica) -

   "Basura, bolsas y heladeras flotando, animales muertos y olores nauseabundos" es lo que se han encontrado los vecinos del municipio de Tigre, en Buenos Aires, al acercarse al río Reconquista.

   Carolina Casares es una de las principales impulsoras de ProyectAR Tigre, una ONG que busca sanear la segunda cuenca más contaminada de Argentina después de la del Riachuelo.

   "A lo largo del río viven millones de personas en asentamientos donde las enfermedades se ven todos los días. ¿Eso es vida? (...) Junto a los vecinos trabajamos hace más de un año para revertir la situación", relata en una carta online recogida por 'La Nación'.

   "Con la firma de muchos lograremos generar conciencia para que el gobierno de la provincia declare la emergencia ambiental del Río Reconquista", explica.

   El río recorre 167.000 hectáreas y 82 kilómetros, y atraviesa 18 municipios bonaerenses, por lo que la cantidad de personas afectadas es inmensa.

   Cerca de 12.000 industrias de la zona usan el río como vertedero particular, arrojando cada día gran cantidad de su basura a sus aguas. Un factor al que hay que sumar que un crecimiento de viviendas explosivo y desordenado en el área, especialmente en Tres de Febrero, General San Martín, Vicente López, San Isidro, Morón, Hurlingham y Tigre.

   En los primeros --que coinciden con el área crítica-- las familias viven en asentamientos precarios, linderos a terrenos inundables o adyacentes a las márgenes del Reconquista y sus afluentes.

   Un panorama desolador donde, además, un 40 por ciento no tiene agua potable de red y el 63 por ciento no está conectado a la red de cloacas, lo que implica que el 90 por ciento de los afluentes no recibe tratamientos de depuración previo y se vuelca crudo al agua.

   Por todo ello, empresarios de la zona norte y miembros de ProyectAR recorrieron a fondo la cuenca y diseñaron un plan de acción a medida para atacar los problemas de base.

   La iniciativa contempla un año de trabajo sostenido y una etapa de mantenimiento con "policías locales", o ciudadanos que supervisen y cuiden el lugar. El proyecto aún no está listo y de momento se encuentra en la fase piloto.