Publicado 13/11/2015 13:35

Violada 43.200 veces en 4 años, la terrible historia de Karla

   MÉXICO DF, 13 Nov. (Notimérica) -

   43.200. Este es el número de veces que la mexicana Karla Jacinto estima que ha sido violada. Unos 30 hombres por día, los siete días de la semana y durante cuatro años: 43.200.

   Su desgarradora historia revela la brutal realidad de la trata de personas en México y Estados Unidos, una práctica ilegal que ha destruido miles de vidas de jóvenes mexicanas, como es el caso de Karla.

   En una reciente entrevista realizada por la 'CNN', Karla relató su historia. Nacida en Tenancingo, un pequeño municipio de 13.000 habitantes ubicado en el centro de México donde son captadas miles de víctimas para ejercer la prostitución, vivió esta problemática desde pequeña.

   Su infancia no fue nada fácil. "Desde los cinco años sufrí abusos sexuales y físicos por parte de un familiar", confesó.

   Cuando tenía 12 años, la joven conoció a un chico de 22 que la conquistó con regalos y "palabras bonitas". Aunque en un primer momento desconfió de él, cuando éste le admitió que también había sufrido abusos durante su niñez, sus dudas se disiparon y se fue a vivir con él.

   Su cuento feliz duró apenas tres meses, hasta que fue trasladada a la ciudad de Guadalajara, donde la obligaron a ejercer la prostitución.

   "Empezaba a las diez de la mañana y acababa a medianoche. Algunos hombres se reían de mí porque lloraba mientras me violaban", declaró. "Tenía que cerrar mis ojos para no ver lo que me hacían y así intentar no sentir nada".

   Guadalajara fue sólo el punto de partida. Karla tuvo que prostituirse en otras ciudades, en moteles, en la calle e incluso en casas particulares. Las "vacaciones" o los "días libres" no existían para ella, quien tenía que mantener relaciones sexuales con unos 30 hombres al día, todos los días de la semana.

ABUSADA SEXUAL Y FÍSICAMENTE.

   Después, el hombre amable que le había conquistado con regalos y palabras bonitas, terminó agrediéndola. "Empezó a golpearme con una cadena. Me pegaba con sus puños, me daba patadas, me tiraba del pelo, me escupía en la cara y un día incluso llegó a quemarme con la plancha. Le dije que me quería marchar y me acusó de haberme enamorado de un cliente. Me dijo que era una puta".

   En una ocasión, tras un año prostituyéndose, Karla creyó que su pesadilla estaba llegando a su fin. Un grupo de policías de México irrumpió en un hotel en el que solía ser explotada y sacó a todos los clientes del lugar. Sin embargo, todas las chicas que se encontraban en las habitaciones, menores de edad, fueron chantajeadas por los agentes, quienes abusaron de ellas.

"Había chicas que sólo tenían diez años. Se lo dijeron a los policías pero nadie les hizo caso", explicó la joven, que por aquel entonces tenía 12 años.

   A los 15, Karla se quedó embarazada y los traficantes le obligaron a prostituirse hasta el octavo mes de embarazo. Tras tener a su bebé, los agresores se lo llevaron y lo utilizaron para chantajearle. Karla no volvió a ver a su hija hasta que cumplió un año, cuando ella ya tenía 16.

   A los pocos meses, la pesadilla de Karla terminó tras ser liberada durante una operación policial contra el tráfico de personas en la Ciudad de México.

LA LUCHA DE KARLA.

   En la actualidad, esta joven mexicana de 23 años es una potente activista contra el tráfico de personas y lucha por los Derechos Humanos a través de la fundación 'Camino a casa'.

   Lejos de hacer de su historia un tema tabú, Karla no deja de viajar y hablar con los medios para compartir la pesadilla que vivió y así concienciar a la población de la gravedad de este problema. De hecho, el pasado mes de julio Karla decidió ir al Vaticano para relatar al Papa Francisco y a la prensa las atrocidades que vivió y vio.

   "Antes pensaba que no valía nada, creía que solo era un objeto que se usaba y se desechaba. Todos los niños y niñas que están ahí se ven como un objeto sexual, que los hombres usan durante un ratito, unos 15 minutos y luego los dejan con lágrimas y con odio y nadie hace nada", declaró. "No puedo hacer las cosas si ustedes no nos escuchan".