Actualizado 04/04/2014 00:18

Maduro alerta de "planes secesionistas" de la oposición

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro
Foto: AVN

CARACAS, 3 Abr. (Notimérica/EP) -

   El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha acusado a la oposición de intentar separar los estados de Táchira y Zulia, ubicados en la frontera con Colombia, del país en el marco de la crisis política que se desató hace casi un mes.

   "Me llegó una información hace tiempo de grupos de la derecha que estaban planteando lo que se llama una política secesionista, una política para separar a varios de estados", ha dicho en la cadena nacional --discurso de obligada emisión en directo por radio y televisión-- de este jueves.

   Maduro ha concretado que estos planes tendrían como objetivos prioritarios Táchira y Zulia, aunque ha recordado --leyendo "un documento de la derecha"-- que "uno de sus portavoces dijo en una declaración pública que la única salida posible para estados como Lara, Mérida, Carabobo y Nueva Esparta era el secesionismo".

   El jefe de Estado ha explicado que ha decidido hacer pública esta información "en un acto de responsabilidad" porque lo considera "una amenaza". Así, ha ordenado a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que esté alerta porque "ya que no se descarta una fusión con Colombia".

   En la última semana, el Gobierno venezolano ha denunciado insistentemente la escalada de violencia en los estados fronterizos y lo ha atribuido a la supuesta infiltración de paramilitares colombianos.

   El oficialismo ha señalado directamente al ex presidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) de la presencia de paramilitares en Venezuela, indicando que "no hay ninguna duda" de que el ex jefe de Estado "tiene metida la mano".

"¿HASTA CUÁNDO SE VA A ESCONDER?"

   En este contexto, Maduro ha preguntado "hasta cuándo se va a esconder" el líder de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles, instándole a "asumir la responsabilidad" por la violencia generada por las llamadas guarimbas (pandillas callejeras).

   El líder 'chavista' ha considerado que Capriles "es un cobarde" por eludir los hechos violentos que se están produciendo en todo el país, incluido Miranda, estado del que es gobernador, y le ha pedido que haga un llamamiento público a "suspender la guarimba".

   En concreto, se ha referido al ataque perpetrado ayer contra la sede del Ministerio de Vivienda en el municipio de Chacao, ubicado en Miranda, "en el que casi matan a 89 niños" que van a la guardería en los alrededores. "¿Qué más necesitan? Pido, aunque solo sea, una palabra de solidaridad con estos niños y con sus padres", ha dicho.

LAS "DOS CARAS" DE VENEZUELA

   Con ello, el jefe de Estado ha considerado que han quedado expuestas "las dos caras de Venezuela: una que quiere prosperar en paz y una otra que recibe importantes recurso del exterior para mantener las guarimbas".

   Maduro ha sostenido que "la Venezuela mayoritaria" es la que "busca la paz, la convivencia democrática, formar los valores de la solidaridad colectiva para ser una república de verdad, donde todos tengan derechos y deberes compartidos".

   En cambio, "la Venezuela mayoritaria es la que muestran los medios de la comunicación de la burguesía nacional: que ha pretendido llenar de caos y violencia e imponer un Gobierno de extrema derecha que acabe con los derechos constitucionales y ponga de rodillas a nuestro país ante el poder económico imperial".

   Frente a esta dicotomía, ha expresado su deseo de que "la Venezuela buena se movilice, de que haya una rebelión de la Venezuela buena, para la paz y para el amor contra los que quieren imponer modelos violentos de la antipatria".

CRISIS VENEZOLANA

   Estos declaraciones se enmarcan en la crisis política que estalló el pasado 12 de febrero, cuando arrancaron las protestas antigubernamentales y la represión de las mismas por parte de las fuerzas de seguridad y de civiles armados, lo que ha dejado al menos 39 muertos, 559 heridos y 168 detenidos.

   Desde entonces, opositores y oficialistas han marchado a diario para repudiar las acciones del contrario y llamar a un diálogo que aún no se ha producido porque la oposición exige antes la liberación de los detenidos, el desarme de los grupos pro gubernamentales y el fin de la represión.

   La inestabilidad de Venezuela ha llevado a sus vecinos regionales a reunirse para buscar una solución. La Organización de Estados Americanos (OEA) se ha limitado a hacer un llamamiento al diálogo, a pesar de que Panamá había solicitado medidas efectivas, lo que ha llevado a Venezuela a romper las relaciones bilaterales.

   La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) fue un paso más allá, expresando su respaldo al Gobierno de Maduro y anunciando la creación de una comisión conformada por los ministros de Exteriores del bloque regional para acompañar el diálogo en el marco de la Conferencia Nacional por la Paz.

   Los cancilleres regionales han conseguido que Gobierno y oposición acepten sentarse a la mesa de negociaciones con la mediación de "un tercero de buena fe" de mutuo acuerdo para superar, de una vez por todas, esta crisis política.