Actualizado 13/05/2014 06:19

A 30 días del inicio del Mundial de Fútbol, Brasil aún genera dudas

Protestas en Brasil contra el Mundial de Fútbol
Foto: NACHO DOCE / REUTERS

SAO PAULO/MADRID, 12 May. (Notimérica/EP) -

   "Aquí en España hay derechos y hay límites y todos deben respetarse. Aquí o en Brasil", así se ha referido el Embajador de Brasil en España, Paulo César de Oliveira Campos, en relación a la seguridad en el Mundial de Fútbol, en los Desayunos Deportivos de Europa Press celebrados este lunes, cuando faltan exactamente 30 días para que empiece la gran cita del fútbol: la Copa del Mundo.

   Brasil ha sido noticia en los titulares de distintos países por los más diversos temas: infraestructura, retrasos en las obras, accidentes con los operarios de los estadios, gastos con el Mundial, protestas y, más recientemente la huelga de los policías, un tema que afecta a la seguridad durante el evento deportivo.

   Según el discurso del embajador, para el Mundial se ha invertido en seguridad pública más de 640 millones de euros para la creación de 14 centros integrados de comando y control, además de la adquisición de equipos y sistemas.

   Con estas cifras se ve la "buena fe" del Gobierno brasileño en hacer lo mejor para garantizar una buena estancia a los millones de aficionados que pasarán por el país.

   Sin embargo, esta inversión parece no ser suficiente ante la amenaza de huelga de la Policía Federal.

   Hace tan sólo unos días el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, afirmaba que los policías que se sumen a la huelga serían castigados, unas declaraciones realizadas a raíz de la información de que la policía haría huelga durante el Mundial.

   Los agentes reclaman, además de un reajuste de sueldo, la mejora de las condiciones de trabajo, un plan de carrera y una reestructuración  en la institución.

   En contacto con el Departamento de Comunicación de la Policía Federal de Brasil, Notimérica/EP no ha podido obtener información sobre las negociaciones sobre el posible paro, ya que la institución prefiere no hablar del tema.

   El caso es que Brasil parece haberse preparado para cualquier tipo de imprevisto que pueda ocurrir. En una iniciativa pionera, los organizadores del Mundial invitaron a efectivos de los 31 países que participarán en la Copa del Mundo para dar "apoyo" a las fuerzas brasileñas; de éstos, 26 ya han aceptado la invitación.

   Felipe Seixas Taveres, comisario Federal y Coordinador de Grandes Eventos de la Policía Federal,--un departamento creado en 2011 para cuidar de los temas de seguridad en los eventos internacionales-- ha informado a Notimérica/EP de que la presencia de estos policías extranjeros "no tiene ninguna conexión con la posibilidad de huelga de los policias federales, pero sí constituye una estrategia común de cooperación internacional".

   Tavares ha explicado que la decisión busca facilitar el contacto con los aficionados extranjeros, que serán fácilmente reconocidos porque estarán utilizando los uniformes de sus respectivos países.

   Estos efectivos estarán ubicados en los estadios y Centros de Control de las Policías, una especie de cuartel general adaptado con una infraestructura específica para monitorizar el evento.

   La invitación a agentes extranjeros divide opiniones entre el cuidado con la seguridad y el control de un ambiente de fiesta y el miedo de que el país del fútbol no sea capaz de proporcionar la seguridad que estas celebraciones exigen.

   En cuanto a los policías brasileños protestan por tener un salario congelado desde hace cinco años, mientras que la Policía Federal se hará cargo de los gastos de los efectivos extranjeros. Acertada o no, esta decisión ya está tomada y desde la Coordinación de Grandes eventos se hace saber que se espera que los 31 países participen de la "seguridad" del Mundial.

   El Gobierno, a su vez, no parece estar preocupado por las amenazas de manifestaciones ya que consideran estos actos como una parte de la "democracia joven y pujante".

   Sin embargo, para los que quieran "provocar el desorden" estarán las fuerzas de seguridad para proporcionar el ejercicio de los derechos de otros; eso sí, habrá que ver si estas fuerzas estarán dispuestas a dejar su lucha en nombre del fútbol.