Publicado 03/09/2025 17:14

Almacenar carbono bajo tierra reduciría poco el calentamiento

El almacenamiento subterráneo de carbono seguro y práctico podría reducir el calentamiento en solo 0,7 °C, casi 10 veces menos de lo que se creía anteriormente.
El almacenamiento subterráneo de carbono seguro y práctico podría reducir el calentamiento en solo 0,7 °C, casi 10 veces menos de lo que se creía anteriormente. - IIASA

   MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Las zonas seguras que en la práctica pueden utilizarse para el almacenamiento subterráneo de carbono solo reducirían el calentamiento global en 0,7°C si se utilizaran en su totalidad.

   Este resultado, obtenido en un estudio por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), es casi diez veces menor que las estimaciones previas de alrededor de 6 °C, que consideraban el potencial global total de almacenamiento geológico, incluso en zonas de riesgo, donde el almacenamiento de carbono podría provocar terremotos y contaminar el agua potable.

   Los investigadores afirman que el estudio demuestra que el almacenamiento geológico es un recurso escaso y finito, y advierten a los países que deben utilizarlo de forma muy específica.

DIEZ VECES MENOS QUE LAS ESTIMACIONES DE LA INDUSTRIA

   De esta forma, el estudio, publicado en 'Nature', muestra que la realidad es mucho más limitada de lo que se creía. El equipo ha estimado un límite global prudente de alrededor de 1.460 billones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) que pueden almacenarse de forma segura en formaciones geológicas, una cantidad casi diez veces menor que las estimaciones propuestas por la industria, que no han considerado los riesgos para las personas ni el medio ambiente.

   El almacenamiento de carbono se considera ampliamente esencial para alcanzar los objetivos climáticos, ya sea mediante la captura de emisiones de fábricas y centrales eléctricas o la eliminación de CO2 de la atmósfera. Según el autor principal, Matthew Gidden, investigador sénior del Programa de Energía, Clima y Medio Ambiente del IIASA y del Centro para la Sostenibilidad Global de la Universidad de Maryland (EE. UU.), los hallazgos del estudio resaltan la necesidad de ser cautelosos.

   Con este estudio, es posible concluir que el almacenamiento de carbono debe considerarse un recurso agotable e intergeneracional que requiere una gestión responsable. "Es necesario tomar decisiones difíciles sobre qué países, qué sectores e incluso qué generaciones podrán utilizarlo. Es fundamental que los países dejen claro en sus planes de acción climática cómo planean utilizar el almacenamiento de carbono para alcanzar colectivamente los objetivos climáticos a largo plazo, minimizando al mismo tiempo los daños a la salud humana, la biodiversidad y el desarrollo sostenible", apuntan los autores en un comunicado.

   Los investigadores analizaron primero el almacenamiento geológico global total mediante el mapeo de las cuencas sedimentarias, formaciones rocosas subterráneas donde se han acumulado capas de arena, lodo y otros materiales durante millones de años. Estas cuencas son lugares privilegiados tanto para depósitos de combustibles fósiles como para el potencial almacenamiento de carbono.

   El equipo evaluó su idoneidad para el almacenamiento de carbono considerando riesgos como la fuga de CO2 a la atmósfera, la posibilidad de desencadenar terremotos durante el proceso de almacenamiento, la contaminación de las aguas subterráneas y la proximidad a centros de población o áreas protegidas. También se descartaron los sitios demasiado cercanos a la superficie para almacenar carbono de forma fiable, demasiado profundos o a profundidades oceánicas que hacen que el almacenamiento sea demasiado costoso y arriesgado.

   Si se tienen en cuenta estos factores, la capacidad de almacenamiento mundial se reduce drásticamente respecto de las estimaciones de la industria, de alrededor de 14.000 gigatoneladas.

   El equipo también examinó qué significan estos límites de almacenamiento para la capacidad del planeta de enfriarse después de superar los objetivos de temperatura, y descubrió que si la capacidad total de almacenamiento geológico disponible se utilizara exclusivamente para la eliminación de CO2 y no se produjeran más emisiones mediante otras actividades en ese momento, es posible una reversión máxima del calentamiento de 0,7°C antes de que se agoten los sitios de almacenamiento seguro disponibles.

   Estimaciones más amplias de ingeniería e industria han sugerido caídas de temperatura mucho más profundas, de 5°C a 6°C, e incluso mayores en algunos estudios, pero esas evaluaciones no tuvieron en cuenta los riesgos para las personas y el medio ambiente y no permiten un potencial de almacenamiento mucho más extenso y riesgoso.

   Los autores enfatizan que estas comparaciones ponen de relieve la marcada diferencia entre lo técnicamente posible y lo que se puede lograr con seguridad. También advierten que la eliminación del carbono podría no reducir el calentamiento de la misma manera que su emisión lo causa, y que el sistema climático podría no volver a su estado anterior incluso si se reducen las temperaturas globales.

UNA SOLUCIÓN MÁS

   "Este estudio debería ser un punto de inflexión para el almacenamiento de carbono. Ya no puede considerarse una solución ilimitada para que nuestro clima vuelva a un nivel seguro. En cambio, el espacio de almacenamiento geológico debe considerarse un recurso escaso que debe gestionarse responsablemente para garantizar un futuro climático seguro para la humanidad. Debería utilizarse para detener y revertir el calentamiento global y no desperdiciarse en compensar la contaminación continua y evitable por CO2 procedente de la producción de electricidad fósil o de motores de combustión obsoletos", concluye el coautor Joeri Rogelj, director de investigación del Instituto Grantham e investigador principal del PM en el IIASA.

   Así, los autores destacan que, si bien el almacenamiento de carbono sigue siendo una parte importante de las soluciones climáticas, debe tratarse como cualquier recurso escaso: con transparencia, equidad y una visión a largo plazo.

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