Publicado 11/05/2021 10:34

Antiguos veranos de Groenlandia dejaron rastro en sedimientos marinos

Sedimentos del fondo del océano, que se muestran después de la extracción de materiales como la cera de las hojas.
Sedimentos del fondo del océano, que se muestran después de la extracción de materiales como la cera de las hojas. - DOUGLAS LEVERE / UNIVERSITY AT BUFFALO.

   MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -

   Durante cientos de miles de años, sedimentos del sur de Groenlandia discurrieron hacia el océano, donde son llevados por las corrientes hasta un lugar del Mar del Labrador llamado Eirik Drift.

   Allí se asientan en el fondo del océano, donde forman un registro de la historia, acumulándose en capas que documentan el pasado medioambiental de las tierras de las que proceden.

   Un nuevo estudio de la Universidad de Búfalo, en Estados Unidos, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', utiliza estos depósitos para conocer el antiguo clima del sur de Groenlandia, centrándose en la temperatura del verano durante los períodos de relativo calor en la Tierra, llamados interglaciares, en los últimos 600.000 años.

Los científicos se fijaron, concretamente, en las sustancias químicas de las ceras de las hojas. Estos compuestos son uno de los muchos materiales que se encuentran en el lodo del fondo del océano y, en el caso del sur de Groenlandia, la composición de las sustancias químicas cambia ligeramente dependiendo de lo cálida o fría que sea la región, dice la primera autora, Allison Cluett, candidata a doctora en geología en la Facultad de Artes y Ciencias de la UB.

   La investigación ha concluido que los períodos de calor prolongado, en los que los veranos permanecen cálidos durante muchos miles de años, pueden ser especialmente desastrosos para la capa de hielo de Groenlandia. Los resultados son una advertencia para hoy, destaca Elizabeth Thomas, profesora asistente de geología de la UB, que dirigió el estudio con Cluett.

   "Lo que vemos es que el calor sostenido del verano se asocia con una dramática pérdida de masa de la capa de hielo --dice Thomas en un comunicado--. Hoy en día, estamos liberando gases de efecto invernadero, lo que hace que la temperatura de la Tierra aumente rápidamente a niveles vistos por última vez durante estos antiguos períodos cálidos".

   Según señala, "los modelos climáticos muestran que si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero al ritmo actual, podrían producirse efectos duraderos que mantendrían la temperatura de la Tierra durante miles de años más. Tenemos que actuar ahora para reducir drásticamente nuestras emisiones para minimizar estos impactos potenciales a muy largo plazo", advierte.

   La investigación concluye que las temperaturas estivales en el sur de Groenlandia fueron elevadas durante unos 20.000 años durante un periodo cálido que tuvo lugar hace aproximadamente 400.000 años, época en la que los científicos creen que la capa de hielo de Groenlandia se redujo considerablemente.

   Esto contrasta con un periodo de calor que tuvo lugar hace unos 125.000 años y que duró unos 5.000 años. Durante este interglacial más corto, las temperaturas de verano en el sur de Groenlandia fueron, en general, incluso más cálidas que durante el periodo cálido que tuvo lugar hace 400.000 años, concluye el estudio. Sin embargo, se cree que la capa de hielo de Groenlandia experimentó un descenso mucho mayor durante el periodo cálido que tuvo lugar hace 400.000 años.

   "El fuerte retroceso de la capa de hielo y de la cubierta forestal en el sur de Groenlandia se produjo durante un período de calor sostenido hace unos 400.000 años --afirma Cluett--. Hoy en día, con el aumento de las temperaturas globales de nuevo, podríamos estar en una trayectoria similar si no reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero. Nuestra investigación señala realmente la importancia de la duración del calor para la capa de hielo", destaca.

   Aunque los posibles escenarios a escala de miles de años pueden parecer mucho tiempo, las medidas tomadas durante un breve periodo pueden tener efectos intensos que repercutan en el futuro, afectando a una generación tras otra, como señalan Cluett y Thomas.

   Las sustancias químicas de la cera de las hojas que estudiaron los científicos procedían de sedimentos marinos recogidos en 1985 por el Programa de Perforación Oceánica, en un punto de la Deriva Eirik a unos 280 kilómetros al sur de Groenlandia.

   Además de los períodos cálidos de hace 125.000 y 400.000 años, Cluett y Thomas también aprovecharon las muestras de sedimentos para reconstruir las tendencias de la temperatura estival en el sur de Groenlandia durante otros cuatro interglaciares.

   "Son períodos realmente difíciles de estudiar en el Ártico --dice Cluett--. Esto se debe a que, a medida que las capas de hielo crecen y disminuyen, los registros terrestres, como los sedimentos de los lagos, que podrían proporcionar información sobre los cambios ambientales, a menudo se erosionan, por lo que hay muy poca información sobre cómo era el clima durante estos tiempos pasados, que pueden ser nuestros mejores análogos para el calentamiento futuro".

   Los hallazgos se suman a la información que los científicos están acumulando sobre la historia climática de Groenlandia. Por ejemplo, estudios anteriores han aportado información sobre temas como las antiguas temperaturas durante todo el año en la cima de la capa de hielo; el tamaño potencial de la capa de hielo de Groenlandia en varios momentos de la historia; y la presencia de bosques de abetos en el sur de Groenlandia durante el período cálido excepcionalmente largo de hace unos 400.000 años (indicado por el polen encontrado en el lodo oceánico). La nueva investigación se suma a este panorama.

   En conjunto, estos datos históricos podrían ayudar a los científicos a entender cómo puede responder la capa de hielo de Groenlandia al cambio climático moderno.