MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
Astrónomos han captado un agujero negro supermasivo en pleno despertar de un largo letargo, comenzando a consumir material activamente y a lanzar chorros hace apenas mil años.
El descubrimiento, realizado con el radiotelescopio Very Long Baseline Array (VLBA), ofrece nuevos conocimientos sobre cómo estos gigantes cósmicos comienzan a influir en sus entornos y podría ayudar a resolver antiguos enigmas sobre la evolución de las galaxias.
La investigación, dirigida por Francesco Ubertosi, de la Universidad de Bolonia y el Instituto Nacional de Astrofísica de Italia (INAF/IRA), se centró en el cúmulo de galaxias CHIPS 1911+4455, ubicado aproximadamente a 6 mil millones de años luz de la Tierra.
"Esto es como ver a un gigante dormido despertar", afirmó en un comunicado Ubertosi, autor principal del estudio. "Estamos observando este agujero negro supermasivo en el inicio de su fase activa, antes de que haya tenido tiempo de alterar significativamente su entorno. Es una oportunidad excepcional para estudiar la imagen del "antes" de la retroalimentación de los agujeros negros".
El equipo descubrió que los chorros del agujero negro se extienden tan solo unos 30 pársecs (aproximadamente 100 años luz) desde el agujero negro central. Puede parecer una distancia considerable, pero en términos cósmicos, se trata de chorros incipientes. A modo de comparación, los chorros de agujeros negros maduros en sistemas similares pueden extenderse decenas de miles de pársecs.
UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS
Las observaciones revelaron una fuente de radio compacta con chorros simétricos bilaterales que emergen del núcleo de la galaxia. El espectro de radio muestra la característica forma de pico que la identifica como una radiogalaxia muy joven, con una edad estimada de tan solo unos 1.000 años: un abrir y cerrar de ojos.
"Los chorros son tan jóvenes y pequeños que no han tenido tiempo de expulsar el gas caliente circundante ni de interrumpir el proceso de enfriamiento que se está produciendo en el núcleo del cúmulo", explicó la coautora Myriam Gitti, también de la Universidad de Bolonia e INAF/IRA. "Esto nos proporciona un laboratorio único para estudiar cómo comienza la retroalimentación de los agujeros negros".
La mayoría de los estudios sobre agujeros negros supermasivos en cúmulos de galaxias se centran en sistemas maduros donde el agujero negro ha estado activo durante millones de años, inflando enormes burbujas emisoras de radio y calentando el gas circundante.
CHIPS 1911+4455 representa lo que los investigadores denominan un cúmulo de "prerretroalimentación", un sistema donde se pueden estudiar las condiciones existentes antes de que el agujero negro afecte significativamente a su entorno.
Si bien el agujero negro central apenas comienza su actividad, la galaxia que lo rodea ya es una excepcional fábrica de estrellas. El análisis del equipo coincide con investigaciones anteriores, que sugieren que la galaxia está formando estrellas a un ritmo de entre 140 y 190 masas solares al año, más de 100 veces más rápido que nuestra galaxia, la Vía Láctea. Esto la convierte en una de las galaxias del cúmulo central con formación estelar más rápida conocida.
"CHIPS 1911+4455 podría representar un ejemplo diferente de cómo se inicia la retroalimentación de los agujeros negros", explicó Ubertosi. En este caso, no es solo el largo periodo de inactividad del agujero negro lo que desencadena el enfriamiento; el cúmulo también muestra signos de una fusión reciente, lo que podría haber intensificado el enfriamiento y contribuido a su despertar.