Publicado 16/07/2025 17:18

Los astrónomos presencian el amanecer de un nuevo sistema solar por primera vez

Archivo - Visión artística de un superjúpiter frío en el sistema HD 118203. Es un planeta gaseoso extremadamente masivo que orbita alrededor de su estrella en una órbita seis veces mayor que la de la Tierra. Los astrónomos creen que tiene temperaturas muy
Archivo - Visión artística de un superjúpiter frío en el sistema HD 118203. Es un planeta gaseoso extremadamente masivo que orbita alrededor de su estrella en una órbita seis veces mayor que la de la Tierra. Los astrónomos creen que tiene temperaturas muy - UMK - Archivo

    MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Un grupo de investigadores internacionales han identificado por primera vez el momento en que comenzaron a formarse planetas alrededor de una estrella más allá del Sol.

    Utilizando el telescopio ALMA, del que es socio el Observatorio Europeo Austral (ESO), y el Telescopio Espacial James Webb, han observado la creación de las primeras partículas de material formador de planetas: minerales calientes que apenas comienzan a solidificarse. Este hallazgo marca la primera vez que se identifica un sistema planetario en una etapa tan temprana de su formación y abre una ventana al pasado de nuestro Sistema Solar.

   "Por primera vez, hemos identificado el momento más temprano en que se inicia la formación de planetas alrededor de una estrella distinta a nuestro Sol", cuenta Melissa McClure, profesora de la Universidad de Leiden en los Países Bajos y autora principal del nuevo estudio, publicado en 'Nature'.

   La coautora Merel van't Hoff, profesora de la Universidad de Purdue (Estados Unidos), compara sus hallazgos con "una imagen del Sistema Solar bebé", diciendo que " estamos viendo un sistema que se parece a cómo se veía nuestro Sistema Solar cuando apenas comenzaba a formarse".

   Este sistema planetario recién nacido emerge alrededor de HOPS-315, una protoestrella o estrella bebé que se encuentra a unos 1300 años luz de nosotros y es análoga al Sol naciente. Alrededor de estas estrellas bebés, los astrónomos suelen observar discos de gas y polvo conocidos como 'discos protoplanetarios', que son el lugar de nacimiento de nuevos planetas.

   En nuestro Sistema Solar, el primer material sólido que se condensó cerca de la ubicación actual de la Tierra alrededor del Sol se encuentra atrapado en meteoritos antiguos. Los astrónomos datan estas rocas primigenias para determinar cuándo comenzó la formación de nuestro Sistema Solar. Estos meteoritos están repletos de minerales cristalinos que contienen monóxido de silicio (SiO) y pueden condensarse a las altísimas temperaturas presentes en los discos planetarios jóvenes. Con el tiempo, estos sólidos recién condensados se unen, sembrando las semillas para la formación de planetas a medida que ganan tamaño y masa. Los primeros planetesimales de tamaño kilométrico del Sistema Solar, que se convirtieron en planetas como la Tierra o el núcleo de Júpiter, se formaron justo después de la condensación de estos minerales cristalinos.

   Con este nuevo descubrimiento, los astrónomos han encontrado evidencia de que estos minerales calientes comienzan a condensarse en el disco que rodea a HOPS-315. Sus resultados muestran que el SiO está presente alrededor de la joven estrella en estado gaseoso, así como dentro de estos minerales cristalinos, lo que sugiere que apenas está comenzando a solidificarse. "Este proceso nunca se había observado antes en un disco protoplanetario, ni en ningún otro lugar fuera de nuestro Sistema Solar", comenta el coautor Edwin Bergin, profesor de la Universidad de Michigan (Estados Unidos).

   Estos minerales se identificaron inicialmente con el Telescopio Espacial James Webb, un proyecto conjunto de las agencias espaciales estadounidense, europea y canadiense. Para determinar la procedencia exacta de las señales, el equipo observó el sistema con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), operado por ESO junto con socios internacionales en el desierto de Atacama, Chile.

   Con estos datos, el equipo determinó que las señales químicas provenían de una pequeña región del disco alrededor de la estrella equivalente a la órbita del cinturón de asteroides alrededor del Sol. "Realmente estamos viendo estos minerales en la misma ubicación en este sistema extrasolar donde los vemos en los asteroides del Sistema Solar", agrega el coautor Logan Francis, investigador postdoctoral en la Universidad de Leiden.

   Por ello, el disco de HOPS-315 ofrece una magnífica analogía para estudiar nuestra propia historia cósmica. También ofrece a los astrónomos una nueva oportunidad para estudiar la formación planetaria temprana, al sustituir a los sistemas solares recién nacidos en toda la galaxia.

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