Publicado 02/12/2020 17:10

Los continentes eran propensos a la destrucción en sus orígenes

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Continentes - PIXABAY

   MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Modelos matemáticos han arrojado nueva luz sobre la historia temprana de la Tierra, con la revelación de que los continentes eran débiles y propensos a la destrucción en sus orígenes.

   La Tierra en sus 4.500 millones de años de historia ha evolucionado para formar el medio ambiente en el que vivimos y los recursos de los que dependemos. Sin embargo, la historia primigenia de la Tierra, que abarca sus primeros 1.500 millones de años, sigue siendo casi desconocida.

   "Este fue el momento de la formación de los primeros continentes, el surgimiento de la tierra, el desarrollo de la atmósfera primitiva y la aparición de la vida primordial, todo lo cual es el resultado de la dinámica del interior de nuestro planeta", explica el autor principal del estudio, el doctor Fabio Capitanio, del ARC Future Fellow de la Escuela de Tierra, Atmósfera y Medio Ambiente, de la Universidad de Monash. El estudio se publica en Nature.

   "Reproduciendo las condiciones de la Tierra primitiva en modelos numéricos generados por computadora, mostramos que la liberación del calor primordial interno, de tres a cuatro veces el de hoy en día, causó un gran derretimiento en el manto superficial, que luego fue extruido como magma (roca fundida) en la superficie de la Tierra", añade.

   Según los investigadores, el manto poco profundo dejado por este proceso estaba deshidratado y rígido y formó las quillas de los primeros continentes.

   "Nuestros resultados explican que los continentes permanecieron débiles y propensos a la destrucción en su infancia, hace entre unos 4.000 y 4.000 millones de años, y luego se diferenciaron progresivamente y se volvieron rígidos durante los siguientes mil millones de años para formar el núcleo de nuestros continentes modernos --apunta el doctor Capitanio--. El surgimiento de estos primeros continentes rígidos resultó en su meteorización y erosión, cambiando la composición de la atmósfera y proporcionando nutrientes al océano que sembraron el desarrollo de la vida".

   El trabajo se suma al conocimiento sobre la formación de supercontinentes y su fragmentación en los continentes actuales.

   El modelo cuantitativo utilizado en el estudio explica los enigmáticos grados de fusión y las estructuras en capas que se observan en la mayoría de los crátones de la Tierra.

   El proceso muestra que los continentes siguen siendo débiles y propensos a la destrucción en su infancia, luego se derriten progresivamente y se diferencian para convertirse en continentes estables.

   Esto explica la transición del Hadeano, que cubre los primeros 500 millones de años de la historia de la Tierra, en el que la corteza se recicló por completo, al Arcaico (hace 3.000 o 4.000 millones de años), cuando las quillas continentales rígidas se acumularon y permanecen conservadas a través del tiempo.

   "El registro geológico sugiere que los primeros continentes no sobrevivieron y fueron reciclados en el interior del planeta, sin embargo, esta tendencia se invirtió dramáticamente hace aproximadamente cuatro mil millones de años, cuando apareció la pieza más perdurable de los continentes, los crátones", señala Capitanio.

   Solo quedan pequeños cristales de la corteza continental más antigua de la Tierra, formada hace más de 4.000 millones de años. Ahora se puede explicar la misteriosa desaparición de esta corteza. El mismo proceso que formó la nueva corteza, en sustitución de la antigua, está críticamente relacionado con la forma en que los continentes se estabilizaron.

   Al extraer el material fundido del interior de la Tierra se forman balsas rígidas en el manto debajo de la nueva corteza, protegiéndola de una mayor destrucción. La corteza formada de esta manera todavía se conserva en el núcleo de los continentes actuales, los crátones, que mantienen un registro de la vida temprana en nuestro planeta y actualmente son una fracción muy pequeña de la superficie. Australia alberga tres de ellos: Yilgarn, Pilbara y Gawler.