MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -
Nuevos descubrimientos de huellas de garras fósiles en Australia, retroceden el origen de los reptiles al menos 35 millones de años y cambian por completo la cronología del origen de los tetrápodos.
"Estoy asombrado", afirma Per Ahlberg, de la Universidad de Uppsala, quien coordinó el estudio, publicado en Nature. "Una sola placa con huellas, que una sola persona puede levantar, cuestiona todo lo que creíamos saber sobre la evolución de los tetrápodos modernos".
La historia del origen de los tetrápodos (animales terrestres con columna vertebral) comenzó con la salida de los peces del agua y terminó con la diversificación de los descendientes de estos primeros colonos terrestres, que se convirtieron en los ancestros de los anfibios y amniotas modernos (el grupo que incluye reptiles, aves y mamíferos).
La cronología de estos eventos parece clara: los primeros tetrápodos evolucionaron durante el período Devónico y los primeros miembros de los grupos modernos aparecieron durante el período Carbonífero posterior. Los primeros fósiles de amniotas datan del Carbonífero tardío, con una antigüedad aproximada de 320 millones de años.
Esto llevó a los investigadores a concluir que el inicio de la radiación evolutiva de los grupos modernos, el punto del árbol evolutivo donde se separaron los ancestros de anfibios y amniotas (también conocido como el "nodo del grupo corona de los tetrápodos"), se sitúa en el Carbonífero temprano, hace unos 355 millones de años. Se consideraba que el período Devónico estaba habitado por tetrápodos más primitivos, similares a peces, y "pezápodos" de transición como el Tiktaalik.
DESCUBRIMIENTO DE PALEONTÓLOGOS AFICIONADOS
Una losa de arenisca del Carbonífero temprano de Australia, con una antigüedad aproximada de 355 millones de años, descubierta por dos paleontólogos aficionados coautores del estudio, cambia todo esto. Presenta huellas bien conservadas de pies de dedos largos con distintivas impresiones de garras en las puntas. Estas son, con mucho, las huellas con garras más antiguas jamás descubiertas.
"Cuando vi este espécimen por primera vez, me sorprendí mucho. Tras solo unos segundos, noté que las marcas de garras estaban claramente conservadas", afirma en un comunicado Grzegorz Niedzwiedzki, de la Universidad de Uppsala, coautor del estudio.
"Las garras están presentes en todos los amniotas primitivos, pero casi nunca en otros grupos de tetrápodos", añade Ahlberg. "La combinación de las marcas de las garras y la forma de las patas sugiere que quien dejó las huellas fue un reptil primitivo".
Si esta interpretación es correcta, retrotrae el origen de los reptiles, y por ende de los amniotas en su conjunto, 35 millones de años atrás, al Carbonífero temprano. Nuevas huellas fósiles de reptiles halladas en Polonia, también presentadas en el estudio, respaldan esta afirmación; no tan antiguas como las de Australia, pero sí considerablemente más antiguas que los registros previos.
Esta recalibración del origen de los reptiles impacta en toda la cronología de la evolución de los tetrápodos. El nodo del grupo corona de los tetrápodos debe ser más antiguo que los primeros amniotas, ya que constituye un punto de ramificación más profundo en el árbol genealógico, pero ¿cuánto tiempo tiene exactamente? Los autores abordan este problema combinando datos de fósiles y ADN moderno.
"Todo se reduce a la longitud relativa de las diferentes ramas del árbol", explica Ahlberg. "En un árbol genealógico basado en datos de ADN de animales vivos, las ramas tendrán diferentes longitudes, lo que refleja el número de cambios genéticos a lo largo de cada segmento. Esto no depende de los fósiles, por lo que resulta muy útil para estudiar las fases de la evolución con un registro fósil deficiente".
Su análisis, que superpone las longitudes de las ramas obtenidas a partir de análisis de ADN con las fechas fósiles conocidas, indica que el nodo del grupo corona de los tetrápodos se encuentra en una época muy lejana del Devónico, aproximadamente contemporáneo con Tiktaalik. Esto significa que existía una diversidad de tetrápodos avanzados en una época en la que, se creía, solo los "pezápodos" de transición se arrastraban por las costas fangosas y comenzaban, aunque a pequeña escala, a explorar la tierra. Pero quizás esto no debería sorprendernos.
MUCHO POR DESCUBRIR
"La placa de huella australiana mide unos 50 cm de ancho", afirma Ahlberg, "y actualmente representa todo el registro fósil de tetrápodos del Carbonífero temprano de Gondwana, un gigantesco supercontinente que abarca África, Sudamérica, la Antártida, Australia e India. ¿Quién sabe qué más vivió allí?".
"Los descubrimientos más interesantes están por venir y aún queda mucho por descubrir en el campo. Estas huellas de Australia son solo un ejemplo de ello", afirma Niedzwiedzki.