MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Científicos han encontrado nuevos marcadores para identificar especies a partir de fragmentos de hueso fosilizado y ayudar a comprender las misteriosas extinciones de la megafauna.
¿Qué sucedió con toda la megafauna? Desde los moas hasta los mamuts, muchos animales grandes se extinguieron hace entre 50 y 10.000 años. Descubrir el motivo podría proporcionar evidencia crucial sobre los ecosistemas prehistóricos y ayudarnos a comprender posibles extinciones futuras. Sin embargo, los fósiles supervivientes suelen estar demasiado fragmentados para determinar la especie original, y el ADN no siempre es recuperable, especialmente en ambientes cálidos o húmedos.
Ahora se han aislado marcadores de péptidos de colágeno que les permiten identificar tres megafauna clave que alguna vez estuvieron presentes en Australia, como un wombat (maruspial) del tamaño de un hipopótamo o un canguro gigante.
"El área de distribución geográfica y la fecha de extinción de la megafauna en Australia, así como su posible interacción con los primeros humanos modernos, es un tema muy debatido", afirmó la profesora Katerina Douka, de la Universidad de Viena, autora principal del artículo publicado en Frontiers in Mammal Science.
"El escaso número de fósiles encontrados en yacimientos paleontológicos de todo el país dificulta comprobar hipótesis sobre la extinción de estos animales", explicó la primera autora, la Dra. Carli Peters, de la Universidad del Algarve. "La zooarqueología por espectrometría de masas (ZooMS) podría aumentar el número de fósiles de megafauna identificados, pero solo si se dispone de marcadores de péptidos de colágeno para estas especies".
CAMINANDO CON GIGANTES
El análisis de los péptidos (cadenas cortas de aminoácidos) presentes en muestras de colágeno permite a los científicos distinguir entre diferentes géneros de animales y, en ocasiones, entre diferentes especies. Dado que el colágeno se conserva mejor que el ADN, este método puede aplicarse con éxito en entornos tropicales y subtropicales donde es improbable que el ADN sobreviva.
Sin embargo, la mayoría de los marcadores de referencia corresponden a especies euroasiáticas que nunca vivieron en otras partes del mundo. Esta investigación desarrolla nuevos marcadores de referencia para el contexto australiano, lo que permite a los científicos obtener más información del fragmentado registro fósil de Australia.
"Las proteínas generalmente se conservan mejor que el ADN a largo plazo y en entornos hostiles", afirmó Peters. "Esto significa que, en el contexto de las extinciones de la megafauna, las proteínas podrían conservarse donde el ADN no".
Los científicos decidieron estudiar Zygomaturus trilobus, Palorchestes azael y Protemnodon mamkurra, tres especies que podrían ser especialmente valiosas para comprender las extinciones de la megafauna. Zygomaturus trilobus y P. azael pertenecen a familias de animales que se extinguieron por completo durante el Cuaternario Tardío, mientras que P. mamkurra sobrevivió lo suficiente como para haberse solapado con la llegada de los humanos a Tasmania. El Dr. Richard Gillespie, coautor, había datado previamente los huesos en más de 43.000 años.
UNO DE LOS MÁS GRANDES MARSUPIALES
"Zygomaturus trilobus fue uno de los marsupiales más grandes que jamás hayan existido; habría parecido un wombat del tamaño de un hipopótamo", afirmó Douka. El Protemnodon mamkurra era un canguro gigante y lento, que a veces podía caminar a cuatro patas. El Palorchestes azael era un marsupial de aspecto inusual que poseía un cráneo con fosas nasales muy retraídas, una lengua larga y protráctil, fuertes extremidades anteriores y enormes garras. Si los primeros humanos modernos que entraron en Sahul -el paleocontinente que conectaba las actuales Australia, Nueva Guinea y Tasmania hace 55.000 años- se hubieran topado con ellos, sin duda se habrían llevado una gran sorpresa.
Los científicos descartaron cualquier contaminante y compararon los marcadores peptídicos encontrados con marcadores de referencia. El colágeno en las tres muestras estaba lo suficientemente bien conservado como para que el equipo identificara marcadores peptídicos adecuados para las tres especies.
Utilizando estos marcadores, el equipo pudo diferenciar al Protemnodon de cinco géneros actuales y un género extinto de canguros. También lograron distinguir a Zygomaturus y Palorchestes de otros grandes marsupiales, tanto vivos como extintos, pero no pudieron diferenciar las dos especies entre sí. Esto no es inusual con ZooMS, ya que los cambios en el colágeno se acumulan de forma extremadamente lenta a lo largo de millones de años de evolución. A menos que investigaciones posteriores permitan una mayor especificidad, es mejor utilizar estos marcadores para identificar huesos a nivel de género en lugar de a nivel de especie.
Sin embargo, la capacidad de distinguir géneros de regiones más templadas de Sahul ofrece la oportunidad de intentar identificar huesos encontrados en zonas más tropicales, donde habrían vivido especies estrechamente relacionadas, que probablemente tengan marcadores peptídicos similares o incluso los mismos. El ADN rara vez se conserva con el tiempo en estas regiones.
"Mediante el uso de los marcadores peptídicos de colágeno recientemente desarrollados, podemos comenzar a identificar un mayor número de restos de megafauna en conjuntos paleontológicos australianos", afirmó Peters. Sin embargo, hay muchas más especies para las que aún es necesario caracterizar los marcadores de péptidos de colágeno. Dos ejemplos serían Diprotodon, el género marsupial más grande que jamás haya existido, y Thylacoleo, el depredador marsupial más grande.