Publicado 22/02/2021 11:15

Un límite de velocidad también se aplica en el mundo cuántico

Archivo - Primer éxito en la transferencia de estados cuánticos tridimensionales
Archivo - Primer éxito en la transferencia de estados cuánticos tridimensionales - AW/HARALD RITSCH - Archivo

   MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Físicos de la Universidad de Bonn han demostrado cuál es el límite de velocidad para operaciones cuánticas complejas, un avance importante para la realización de computadoras cuánticas.

   El equipo, que publica resultados en Physical Review, describe su hallazgo con un ilustrativo símil.

   Supongamos que observa a un camarero (las restricciones por el COVID-19 ya son historia) que en la víspera de Año Nuevo tiene que servir una bandeja completa de copas de champán unos minutos antes de la medianoche. Corre de un invitado a otro a toda velocidad. Gracias a su técnica, perfeccionada a lo largo de muchos años de trabajo, consigue sin embargo no derramar ni una sola gota del preciado líquido.

   Un pequeño truco le ayuda a hacer esto: mientras el camarero acelera sus pasos, inclina un poco la bandeja para que el champán no se derrame de las copas. A medio camino de la mesa, la inclina en la dirección opuesta y reduce la velocidad. Sólo cuando se ha detenido por completo, vuelve a mantenerlo en posición vertical.

   Los átomos son en cierto modo similares al champán. Pueden describirse como ondas de materia, que no se comportan como una bola de billar sino más bien como un líquido. Cualquiera que quiera transportar átomos de un lugar a otro lo más rápido posible debe, por tanto, ser tan hábil como el camarero en Nochevieja. "E incluso entonces, existe un límite de velocidad que este transporte no puede superar", explica el doctor Andrea Alberti, quien dirigió este estudio en el Instituto de Física Aplicada de la Universidad de Bonn, en un comunicado.

   En su estudio, los investigadores investigaron experimentalmente dónde se encuentra exactamente este límite. Utilizaron un átomo de cesio como sustituto del champán y dos rayos láser perfectamente superpuestos pero dirigidos entre sí a modo de bandeja. Esta superposición, llamada interferencia por los físicos, crea una onda de luz estacionaria: una secuencia de montañas y valles que inicialmente no se mueven.

   "Cargamos el átomo en uno de estos valles y luego pusimos en movimiento la onda estacionaria; esto desplazó la posición del valle en sí", dice Alberti. "Nuestro objetivo era llevar el átomo a la ubicación objetivo en el menor tiempo posible sin que se derrame fuera del valle, por así decirlo".

   El hecho de que haya un límite de velocidad en el microcosmos ya fue demostrado teóricamente por dos físicos soviéticos, Leonid Mandelstam e Igor Tamm, hace más de 60 años. Demostraron que la velocidad máxima de un proceso cuántico depende de la incertidumbre energética, es decir, cómo de "libre" es la partícula manipulada con respecto a sus posibles estados energéticos: cuanta más libertad energética tiene, más rápida es.

   En el caso del transporte de un átomo, por ejemplo, cuanto más profundo es el valle en el que está atrapado el átomo de cesio, más dispersas están las energías de los estados cuánticos en el valle y, en última instancia, más rápido se puede transportar el átomo.

   Algo similar se puede ver en el ejemplo del camarero: si solo llena las copas hasta la mitad (para disgusto de los invitados), corre menos riesgo de que el champán se derrame a medida que acelera y desacelera. Sin embargo, la libertad energética de una partícula no se puede incrementar arbitrariamente. "No podemos hacer que nuestro valle sea infinitamente profundo, nos costaría demasiada energía", subraya Alberti.

   El límite de velocidad de Mandelstam y Tamm es un límite fundamental. Sin embargo, solo se puede alcanzar en determinadas circunstancias, es decir, en sistemas con solo dos estados cuánticos. "En nuestro caso, por ejemplo, esto ocurre cuando el punto de origen y destino están muy cerca el uno del otro", explica el físico. "Entonces, las ondas de materia del átomo en ambos lugares se superponen, y el átomo podría ser transportado directamente a su destino de una sola vez, es decir, sin paradas intermedias, casi como la teletransportación en la nave Enterprise de Star Trek".

   Sin embargo, la situación es diferente cuando la distancia crece a varias docenas de anchos de onda de materia como en el experimento de Bonn. Para estas distancias, la teletransportación directa es imposible. En cambio, la partícula debe pasar por varios estados intermedios para alcanzar su destino final: el sistema de dos niveles se convierte en un sistema de niveles múltiples.

   El estudio muestra que se aplica un límite de velocidad más bajo a tales procesos que el predicho por los dos físicos soviéticos: está determinado no solo por la incertidumbre energética, sino también por el número de estados intermedios. De esta manera, el trabajo mejora la comprensión teórica de los procesos cuánticos complejos y sus limitaciones.

   Los hallazgos de los físicos son importantes sobre todo para la computación cuántica. Los cálculos que son posibles con las computadoras cuánticas se basan principalmente en la manipulación de sistemas multinivel. Sin embargo, los estados cuánticos son muy frágiles. Duran solo un breve lapso de tiempo, que los físicos llaman tiempo de coherencia.