Publicado 16/09/2025 17:04

Nuevas pruebas de un 'infierno' sobre la Tierra hace 13.000 años

Imagen del yacimiento Clovis de Murray Springs
Imagen del yacimiento Clovis de Murray Springs - WIKIMEDIA COMMONS

   MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores continúan desarrollando evidencia sobre un cometa fragmentado que se cree que explotó sobre la Tierra hace casi 13.000 años, en este caso muestras minerales en yacimientos Clovis.

   Este cometa podría haber contribuido a la desaparición de mamuts, mastodontes y la mayor parte de la megafauna de la época, así como a la desaparición de la cultura Clovis del registro arqueológico norteamericano.

   En un informe publicado en PLOS One, James Kennett, profesor emérito de Ciencias de la Tierra de la UC Santa Bárbara, y sus colaboradores presentan sus hallazgos de cuarzo impactado (granos de arena deformados por presiones y temperaturas extremas) en tres yacimientos arqueológicos clásicos de la cultura Clovis en Estados Unidos: Murray Springs en Arizona, Blackwater Draw en Nuevo México y Arlington Canyon en las Islas del Canal de California.

   "Estos tres yacimientos fueron clásicos en el descubrimiento y la documentación de las extinciones de la megafauna en Norteamérica y la desaparición de la cultura Clovis", declaró Kennett.

   La desaparición de la megafauna y del tecnocomplejo Clovis del registro arqueológico coincide con el inicio del episodio frío del Dryas Reciente, un retorno anómalo y abrupto a condiciones cercanas a la edad de hielo que persistió durante aproximadamente mil años en medio de lo que generalmente fue una transición de calentamiento desde el Último Período Glacial.

   Existen varias hipótesis sobre lo que pudo haber desencadenado ese evento; Kennett y su equipo proponen un escenario en el que un cometa fragmentado explotó sobre la superficie, enviando ondas de choque y calor extremo a la Tierra.

SE DESATÓ EL INFIERNO

   "En otras palabras, se desató el infierno", dijo Kennett. Según la hipótesis del impacto del Dryas Reciente, las explosiones fueron responsables de incendios generalizados y del humo y hollín resultantes, además del polvo que bloqueó el sol, lo que dio lugar a un "invierno de impacto".

   El rápido derretimiento de las capas de hielo podría haber contribuido a enfriar aún más las zonas de impacto. Según esta hipótesis, el impacto en sí, seguido de las duras condiciones posteriores, podría haber contribuido a la desaparición de la megafauna tanto en América del Norte como en América del Sur, así como a la desaparición de la cultura Clovis.

   Durante las últimas dos décadas, Kennett y otros defensores de esta hipótesis han recopilado evidencia que la respalda cada vez más, incluyendo una capa de "manto negro" en el sedimento de muchos yacimientos de América del Norte y Europa, indicativa de una quema generalizada.

   Además, han descubierto una lista creciente de indicadores de impacto, que incluyen concentraciones inusualmente altas de minerales raros comunes en cometas, como el platino y el iridio, y formaciones minerales que indican temperaturas y presiones extremadamente altas, como nanodiamantes, metales y minerales que se han fundido, enfriado y endurecido de nuevo, incluyendo esférulas metálicas y vidrio fundido.

   Gracias a los avances tecnológicos, el equipo se centra en otro indicador que se considera la crème de la crème de la evidencia de impacto cósmico: el cuarzo impactado, granos de arena que presentan deformaciones debido al calor y la temperatura extremos.

   En muestras de tres yacimientos arqueológicos norteamericanos (Murray Springs, Blackwater Draw y Arlington Canyon), los investigadores identificaron granos de cuarzo con grietas reveladoras, algunas rellenas de sílice fundida.

   Utilizaron diversas técnicas, como la microscopía electrónica y la catodoluminiscencia, para confirmar que los granos de cuarzo habían sido impactados a temperaturas y presiones extremadamente altas, mucho más allá de lo que podría haberse logrado mediante vulcanismo o actividad humana antigua.

EXPLOSIÓN SIN CRÁTER

   La presencia de cuarzo impactado es particularmente importante en ausencia de cráteres, la prueba irrefutable de la evidencia de impacto cósmico. A diferencia del asteroide que extinguió a los dinosaurios hace 65 millones de años y dejó un cráter bajo la península de Yucatán, las explosiones de impacto (colisiones cósmicas que ocurren sobre la superficie terrestre, como la de este supuesto cometa fragmentado) dejan poca o ninguna evidencia en el paisaje.

   Utilizando el modelado hidrocódigo, el equipo modeló estas explosiones a baja altitud sobre el suelo y la variedad de impactos que podrían dar lugar a los patrones de choque en los granos de cuarzo.

   "Existen diferentes niveles de cuarzo impactado", afirmó Kennett. Si bien la evidencia aceptada de impacto cósmico se basa en gran medida en las grietas paralelas del cuarzo que se encuentran en los cráteres, la variedad de direcciones, presiones y temperaturas que surgen alrededor de las explosiones de impacto provocaría variaciones en los patrones de choque en el cuarzo, explicó.

   "Habrá algunos granos muy impactados y otros poco impactados. Eso es lo que cabría esperar".

   Sumado a otros indicadores de impacto encontrados en la misma capa de sedimento (estera negra rica en carbono, nanodiamantes, esférulas de impacto) y hallados en tres sitios arqueológicos clave, el descubrimiento de estos granos de cuarzo impactados "apoya un impacto cósmico como un factor contribuyente importante en las extinciones de la megafauna y el colapso del tecnocomplejo Clovis en el inicio del Dryas Reciente", según el artículo.

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