Publicado 11/02/2020 11:33

Planetas gigantes y estrellas fallidas, codificados desde su formación

Planetas gigantes y estrellas fallidas, codificados desde su formación
Planetas gigantes y estrellas fallidas, codificados desde su formación - BRENDAN BOWLER (UT-AUSTIN)

   MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

   La formación de los exoplanetas gigantes es diferente al de las enanas marrones, objetos aún más masivos pero no lo suficiente como para desatar la fusión en sus núcleos y brillar como estrellas.

   Astrónomos liderados por Brendan Bowler, de la Universidad de Texas en Austin, usaron imágenes directas de los telescopios W.M. Keck y Subaru en Hawai para estudiar las órbitas de ambos tipos de objetos que rodean estrellas en 27 sistemas. Estos datos, combinados con el modelado de las órbitas, les permitieron determinar que las enanas marrones en estos sistemas se formaron como estrellas, mientras los gigantes gaseosos se formaron como planetas.

   La investigación se publica en la edición actual de The Astronomical Journal.

Esta investigación se basó en la tecnología de Óptica Adaptativa, que permite a los astrónomos corregir las distorsiones causadas por la atmósfera de la Tierra. Combinaron sus nuevas observaciones de 27 sistemas con todas las observaciones anteriores publicadas por otros astrónomos o disponibles en archivos de telescopios.

   En este punto, entra el modelado por computadora. Los coautores de este documento han ayudado a crear un código de ajuste de órbita llamado '¡Orbitize!' que utiliza las leyes de Kepler del movimiento planetario para identificar qué tipos de órbitas son consistentes con las posiciones medidas y cuáles no.

   El código genera un conjunto de órbitas posibles para cada objeto compañero. El ligero movimiento de cada planeta gigante o enana marrón forma una "nube" de posibles órbitas. Cuanto más pequeña es la nube, más se están acercando los astrónomos a la verdadera órbita del compañero. Y más puntos de datos, es decir, imágenes más directas de cada objeto a medida que orbita, refinarán la forma de la órbita.

   "En lugar de esperar décadas o siglos para que un planeta complete una órbita, podemos compensar el tiempo de referencia más corto de nuestros datos con mediciones de posición muy precisas", dijo en un comunicado el miembro del equipo Eric Nielsen de la Universidad de Stanford.

   Encontrar la forma de la órbita es clave: los objetos que tienen más órbitas circulares probablemente se formaron como planetas. Es decir, cuando una nube de gas y polvo se derrumbó para formar una estrella, el compañero distante (y cualquier otro planeta) se formó a partir de un disco plano de gas y polvo que giraba alrededor de esa estrella.

   Por otro lado, los que tienen órbitas más alargadas probablemente se formaron como estrellas. En este escenario, un grupo de gas y polvo se colapsó para formar una estrella, pero se fracturó en dos grupos. Cada grupo luego colapsó, uno formando una estrella y el otro una enana marrón orbitando alrededor de esa estrella. Este es esencialmente un sistema estelar binario, aunque contiene una estrella real y una "estrella fallida".

   "Aunque estos compañeros tienen millones de años, el recuerdo de cómo se formaron todavía está codificado en su excentricidad actual", agregó Nielsen. La excentricidad es una medida de lo circular o alargada que es la órbita de un objeto.