Publicado 03/06/2021 18:24

Protoestrellas masivas expulsan unos chorros característicos

Concepción artística de la joven estrella Cep A HW2, que muestra un viento de gran angular que se origina cerca de la estrella y un disco de material orbitando la estrella (llamado disco de acreción), con un chorro mucho más estrecho más lejos.
Concepción artística de la joven estrella Cep A HW2, que muestra un viento de gran angular que se origina cerca de la estrella y un disco de material orbitando la estrella (llamado disco de acreción), con un chorro mucho más estrecho más lejos. - NRAO

   MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Un examen del chorro de material en rápido movimiento expulsado por una estrella joven masiva aún en formación revela una gran diferencia con los expulsados por estrellas jóvenes menos masivas.

   Los científicos hicieron el descubrimiento utilizando Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) y lo reportan en The Astrophysical Journal. Para obtener la imagen más detallada hasta ahora de la región interna de un chorro de este tipo proveniente de una estrella joven masiva.

   Tanto las estrellas jóvenes de masa baja como las de gran masa, o protoestrellas, impulsan chorros hacia afuera perpendiculares a un disco de material que orbita cerca de la estrella. En estrellas con masas similares a las del Sol, estos chorros se estrechan o se enfocan relativamente cerca de la estrella en un proceso llamado colimación. Debido a que la mayoría de las protoestrellas de gran masa están más distantes, estudiar las regiones cercanas a ellas ha sido más difícil, por lo que los astrónomos no tenían claro si este era el caso con ellas.

   Un equipo de científicos observó una protoestrella masiva llamada Cep A HW2, ubicada a unos 2.300 años luz de la Tierra en la constelación de Cefeo. Se espera que Cep A HW2 se convierta en una nueva estrella unas 10 veces más masiva que el Sol. Las nuevas imágenes del VLA mostraron los detalles más finos que se han visto hasta ahora en un objeto de este tipo, lo que les dio a los astrónomos su primera vista de la parte más interna del chorro, una parte aproximadamente tan larga como el diámetro del Sistema Solar.

   "Lo que vimos es muy diferente de lo que normalmente se ve en los chorros de estrellas de baja masa", dijo en un comunicado Adriana Rodríguez-Kamenetzky, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

   En protoestrellas de menor masa, las observaciones han demostrado que los chorros coliman tan cerca de la estrella como unas pocas veces la distancia entre la Tierra y el Sol.

   En Cep A HW2, sin embargo, "no vemos un solo chorro, sino dos cosas: un viento de gran angular que se origina cerca de la estrella, luego un chorro altamente colimado a cierta distancia", dijo Alberto Sanna, del Osservatorio Astronomico di Cagliari (INAF) en Italia. El chorro colimado comienza a una distancia de la estrella comparable a la distancia del Sol a Urano o Neptuno.

   El descubrimiento plantea dos posibilidades principales, dijeron los astrónomos. Primero, el mismo mecanismo podría estar funcionando tanto en protoestrellas de masa alta como de masa baja, pero la distancia de colimación podría estar determinada por la masa, que ocurre más lejos en sistemas más masivos. La segunda posibilidad es que las estrellas de gran masa pueden producir solo el viento de gran angular visto en Cep A HW2, y la colimación solo se produce cuando las condiciones físicas alrededor de la estrella restringen el flujo.

   "Ese caso apuntaría a una gran diferencia en los mecanismos que funcionan en protoestrellas de diferentes masas", dijo Carlos Carrasco-González, también de la UNAM, líder de la obra. "Responder a esta pregunta es importante para comprender cómo se forman las estrellas de todas las masas", agregó.