(Información remitida por la empresa firmante)
-MGI Tech colabora con la Universidad Lincoln para revolucionar la viticultura de Nueva Zelanda mediante la genómica
AUCKLAND, Nueva Zelanda, 4 de agosto de 2025 /PRNewswire/ -- MGI Tech Co., Ltd. ("MGI"), una empresa dedicada al desarrollo de herramientas y tecnologías clave que impulsan la innovación en ciencias de la vida, ha unido esfuerzos con la Universidad Lincoln de Canterbury para abordar los desafíos de sostenibilidad en la viticultura mediante tecnología de secuenciación avanzada. La iniciativa busca utilizar la genómica para obtener mejores variedades de vides y lúpulo, tolerantes y resistentes a plagas y enfermedades, reduciendo así el uso de fungicidas en la industria vitivinícola neozelandesa, valorada en 2.100 millones de dólares.
Desafíos de la viticultura en Nueva Zelanda: enfermedades, productos químicos y presión para la sostenibilidad
La viticultura es una importante fuente de ingresos económicos para Nueva Zelanda, y se sitúa como la sexta mayor fuente de ingresos por exportación del país.[1]
Sin embargo, al igual que muchos sectores primarios, se enfrenta a una presión cada vez mayor para mejorar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental. Los viñedos del país son particularmente vulnerables a las enfermedades fúngicas, por lo que a menudo requieren pulverizaciones frecuentes y de amplio espectro para mantener la salud de las vides y la calidad de la uva.
Cada año, los agricultores neozelandeses aplican aproximadamente 3.400 toneladas de pesticidas. Resulta alarmante que, según la clasificación de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el 60 % de los fungicidas y el 72 % de los reguladores del crecimiento vegetal utilizados localmente se consideren carcinógenos potenciales. Esto ha colocado al sector en el punto de mira del escrutinio ambiental y de los consumidores, especialmente a medida que el cambio climático genera condiciones climáticas más volátiles que aumentan el riesgo de enfermedades.[2]
Nuevas vías desde la genómica
Para abordar estos desafíos, un equipo de científicos neozelandeses ha iniciado un estudio genómico para reducir la dependencia del sector vitivinícola de los productos químicos. Mediante el uso de tecnología de secuenciación avanzada, los investigadores ahora pueden escanear rápidamente miles de muestras de vides para identificar aquellas con resistencia natural a enfermedades y estrés ambiental.
El profesor asociado Christopher Winefield, del Departamento de Vino, Alimentos y Biociencias Moleculares de la Universidad de Lincoln, quien introdujo por primera vez la genómica en su investigación para explorar características como la tolerancia a los hongos y la respuesta a la salud del suelo, ahora está ampliando significativamente el proyecto a través de la plataforma de secuenciación de alto rendimiento de MGI.
Este enfoque no solo abre una vía para obtener variedades de uva más resilientes, sino que también permite la monitorización en tiempo real de las condiciones del viñedo, sentando las bases para una gestión del viñedo más específica, sostenible y rentable.
Las prácticas genómicas permiten a los científicos mapear la diversidad genética natural en miles de vides, identificando aquellas con resistencia inherente a las enfermedades. Los primeros hallazgos sugieren que, con intervenciones específicas basadas en estos datos, el uso de pulverizaciones químicas podría reducirse hasta en un 80 % en algunos viñedos.
"Nunca se llegará a cero, pero incluso eliminar una sola pulverización al final de la temporada ofrece múltiples beneficios: menores costes, menos residuos en el vino y menor presión sobre la salud del suelo y el medio ambiente" afirmó Winefield.
La secuenciación MGI: genómica a gran escala
Investigadores de la Universidad Lincoln han instalado el secuenciador genómico MGI DNBSEQ-G400, una plataforma de secuenciación de última generación que permite una escala y velocidad sin precedentes en genómica con un coste económico. Tradicionalmente, analizar unos pocos cientos de muestras de vid al año se consideraba la norma. Ahora, el laboratorio puede procesar más de 50.000 al año, lo que supone un aumento de cien veces en el volumen.
"La introducción de las herramientas de secuenciación de MGI ha ayudado a democratizar la secuenciación para equipos pequeños como el mío", afirmó Winefield. "El coste de esa secuenciación es muy competitivo. Ahora aspiramos a procesar hasta 50.000 muestras al año; simplemente no podríamos hacerlo sin el apoyo de MGI".
La plataforma MGI DNBSEQ-G400 también permite la secuenciación en tiempo real para detectar patógenos como el mildiú polvoroso y la cochinilla harinosa. Esto facilita enfoques de agricultura de precisión, donde las intervenciones se localizan en lugar de aplicarse de forma uniforme.
"En lugar de la pulverización programada, los agricultores pueden optar por tratamientos basados en la evidencia. Se trata de una transición de una cobertura generalizada a una precisión milimétrica. Esto implica menos productos químicos en el medio ambiente y una mejor gestión de la Resistencia", afirmó Winefield.
Los datos genómicos también ayudan a los científicos a identificar vides más resilientes ante el estrés hídrico o las limitaciones de nutrientes, un factor clave a medida que aumenta la volatilidad climática.
El Dr. Bicheng Yang, director de MGI Australia, afirma que el proyecto demuestra cómo la genómica moderna puede impulsar la sostenibilidad.
"Este es un ejemplo contundente de cómo la tecnología de vanguardia impulsa el futuro de la agricultura. Al ayudar a los investigadores a descubrir los factores genéticos de la resistencia a las enfermedades, permitimos que la industria se aleje de la dependencia química y se acerque a la resiliencia natural de las plantas".
La posibilidad de realizar estas pruebas a nivel nacional también elimina las barreras logísticas y financieras del envío de muestras al extranjero, ahorrando tiempo crucial durante la temporada de crecimiento.
Una visión comercial: democratizar las pruebas genómicas
Más allá del ámbito académico, el proyecto tiene ambiciones comerciales. Winefield y sus colegas están creando una empresa independiente para ofrecer pruebas genómicas asequibles al sector agrícola del país. La empresa de nueva creación prestará servicios a explotaciones vitivinícolas, hortícolas y lecheras, brindando a los productores acceso a información en tiempo real que antes estaba restringida a laboratorios de alto coste.
"Se trata de poner ciencia de primer nivel al alcance de los agricultores", afirmó Winefield. "Nuestro objetivo es procesar un millón de muestras al año en el lanzamiento y llegar a 10 millones en cinco años".
Este modelo basado en datos permitiría incluso a los pequeños productores detectar signos tempranos de enfermedades, tomar decisiones proactivas sobre la gestión de los cultivos y reducir el uso de productos químicos innecesarios.
Impacto ambiental y económico
Las implicaciones del estudio se extienden mucho más allá de Nueva Zelanda. Con la viticultura internacional enfrentándose a desafíos similares, la investigación de Canterbury podría convertirse en un modelo para la producción sostenible a nivel mundial. Según Winefield, los microclimas únicos de Nueva Zelanda y su sólida infraestructura científica la convierten en un banco de pruebas ideal.
"Nueva Zelanda quizás nunca alimente al mundo en volume, pero podemos liderar mediante una mejor ciencia. Exportar nuestros conocimientos genómicos, herramientas y plantas resilientes podría transformar la productividad y los resultados ambientales de la agricultura global" afirmó,
Hacia una Infraestructura Nacional
Winefield visualiza un futuro donde el diagnóstico genómico se vuelva tan rutinario en la agricultura como los análisis de suelo o el seguimiento meteorológico.
"No se trata solo de vides. Ya sea lúpulo, kiwi, manzanas o ganado, podemos usar estos datos para reducir la incidencia de enfermedades, mejorar el rendimiento y tomar decisiones más inteligentes sobre los insumos".
El cambio climático añade urgencia. Con condiciones más cálidas y húmedas que provocan brotes de enfermedades más tempranos y agresivos, los programas de pulverización tradicionales están demostrando ser menos efectivos. El modelo genómico ofrece a los agricultores la precisión y la agilidad para adaptarse a los cambios ambientales en tiempo real.
Acerca de MGI:
MGI Tech Co., Ltd. (o sus filiales, en conjunto denominadas MGI) se compromete a desarrollar herramientas y tecnologías clave que impulsen la innovación en las ciencias de la vida. Nos centramos en la investigación y el desarrollo, la fabricación y la venta de instrumentos, reactivos y productos relacionados en el campo de las ciencias de la vida y la biotecnología. Ofrecemos tecnología multiómica en tiempo real y una gama completa de equipos y sistemas digitales para la medicina de precisión, la agricultura, la salud y otras industrias.
Fundada en 2016, MGI se ha convertido en un líder en ciencias de la vida, atendiendo a clientes en seis continentes y estableciendo centros de investigación, fabricación, formación y servicio posventa a nivel mundial. MGI destaca como una de las pocas empresas capaces de desarrollar y producir en masa de forma independiente secuenciadores genéticos de grado clínico con diferentes capacidades de rendimiento, desde niveles de Gb hasta Tb. Con una experiencia inigualable, productos de vanguardia y un compromiso con el impacto global, MGI continúa marcando la pauta de las ciencias de la vida hacia el futuro.
Para obtener más información, visite https://en.mgi-tech.com/, LinkedIn, X y YouTube.
Video - https://www.youtube.com/watch?v=aikSs0Ogg5QLogo - https://mma.prnewswire.com/media/2329841/MGI__Logo.jpg
View original content:https://www.prnewswire.com/news-releases/mgi-tech-colabora-con-la-universidad-lincoln-para-revolucionar-la-viticultura-de-nueva-zelanda-302520817.html