Los profesores del Área de Proyectos de UIC Barcelona School of Architecture Jaime Batlle e Iñaki Baquero afirman que es una "gran noticia" porque es "muy urgente" intervenir en la ciudad de Barcelona.
Baquero defiende que las supermanzanas son "un modelo de éxito", aunque "siempre insuficiente" para hacer frente a la contaminación.
Batlle celebra que el Ayuntamiento "haya arriesgado y aprovechado" la covid-19 y la "mayor conciencia medioambiental que existe actualmente" para implementar medidas que "hasta ahora parecían imposibles".
Barcelona, 18 de noviembre de 2020.- Los profesores del Área de Proyectos de UIC Barcelona School of Architecture Jaime Batlle e Iñaki Baquero han calificado de "muy buena noticia" el proyecto presentado por el Ayuntamiento de Barcelona para convertir el Eixample de Barcelona en una gran supermanzana y han defendido la capacidad del modelo ideado por Ildefons Cerd "para evolucionar más allá de la nostalgia".
Baquero ha explicado que este proyecto no desvirtúa el Plan Cerdá, ya que acepta las transformaciones que le piden las circunstancias en cada momento", y ha afirmado que es "muy urgente" llevar a cabo una intervención en la ciudad de Barcelona, aunque "habrá que ver el número de supermanzanas que finalmente se interponen en esos ejes para analizar la capacidad de pacificación de la operación".
Teniendo en cuenta que se trata de un proyecto a diez años vista, ha admitido que "cualquier agilización en los plazos es bienvenida" y "es una buenísima noticia que el Ayuntamiento haya lanzado ya el concurso con unos plazos apretados". "Es un modelo de éxito en muchos lugares donde ya se ha implantado pero como toda medida es siempre insuficiente para frenar la contaminación", ha asegurado el profesor, quien ha añadido que sería necesaria también "una actuación a nivel general y de infraestructuras pero también a nivel particular".
En la misma línea, el profesor Jaime Batlle ha celebrado que el Ayuntamiento de Barcelona haya aprovechado la covid-19 para "implementar algunos procesos de transformación" en la ciudad, como "las supermanzanas, carriles bici, líneas de transporte público, que hasta ahora parecían imposibles", y ha pedido "responsabilidad a todos" para "no utilizar esta transformación políticamente por ninguna de las partes".
Acerca de si este proyecto puede suponer un mayor riesgo de gentrificación en la zona, Batlle ha admitido que "cualquier inversión o mejora de la ciudad lleva implícita un aumento de su valor", pero ha dejado claro que "no se puede dejar de mejorar la calidad del espacio público o de los espacios verdes con este pretexto".
El papel de la ciudadanía.
También se ha referido al papel de la ciudadanía en la transformación de la ciudad y ha asegurado que ésta "debe exigir sus derechos sobre el uso y disfrute del espacio público y, al mismo tiempo, responsabilizarse, implicarse y sacrificarse por el bien común". En su opinión, "la gente debe estar abierta al cambio, debe ser rigurosa y estar informada. En la medida de lo posible, tiene que evitar ciertos discursos superficiales y valoraciones subjetivas y confiar más en el análisis técnico que el político".
El profesor ha celebrado que, con medidas como ésta, "el mundo vuelva a mirar lo que hace Barcelona", tras el impacto internacional del anuncio realizado por el Ayuntamiento. "Sólo eso ya es un pequeño logro", ha concluido.
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