Publicado 03/12/2019 12:45

La participación vecinal en la reconstrucción de barrios con riesgo de exclusión social reduce la segregación

Es la principal conclusión de un estudio de UIC Barcelona School of Architecture que analiza el proceso de reconstrucción urbana del barrio barcelonés de Sant Cosme desde los años 70.

Mantener al margen de los procesos de reconstrucción a estos ciudadanos incrementa su aislamiento y genera una mayor dependencia de las administraciones públicas .

El estudio, encabezado por la profesora Raquel Colacios, acaba de ser publicado por el 'Italian Journal of Planning Practice'.

Barcelona, 3 de diciembre de 2019. La participación de los vecinos en la reconstrucción de las barriadas de las grandes ciudades es clave para combatir la segregación social que afecta a estos barrios con riesgo de exclusión social y garantizar, por tanto, una mayor cohesión entre sus habitantes. Así se recoge en las conclusiones del estudio "Neighborhood reconstruction, community identity and place attachment: mixed experiences from the mass social housing complex of Sant Cosme, Barcelona", encabezado por la profesora de UIC Barcelona School of Architecture, Raquel Colacios, y en el que también colaboran las investigadoras Carmen Mendoza-Arroyo e Isabelle Anguelovski.

La investigación, que acaba de ser publicada en la revista especializada Italian Journal of Planning Practice, analiza el proceso de reconstrucción urbana llevado a cabo en el barrio de Sant Cosme, un modelo paradigmático de los polígonos construidos en los años 60 en la periferia de las grandes ciudades españolas para albergar a la población migrante del mundo rural que demandaba la industria como mano de obra. "Elegimos el barrio de Sant Cosme, primero, porque este barrio fue sometido a un proceso de reconstrucción completo entre los años 1979 y 2003, incluyendo tanto las viviendas como el diseño urbano del espacio público. Y, segundo, porque representa una tipología urbana socialmente vulnerable y sometida a una fuerte segregación espacial", explica Raquel Colacios.

El método de investigación se basó en una combinación de técnicas cualitativas y cuantitativas que incluyó veinte entrevistas en profundidad a vecinos, miembros de asociaciones y de la administración pública, 120 cuestionarios desarrollados en el marco de un taller académico con estudiantes de máster y un análisis urbano del barrio que analizó la morfología del espacio público y las viviendas.

Reconstrucción a dos ritmos.

El barrio de Sant Cosme se empezó a construir en 1964 para recolocar a familias migrantes procedentes mayoritariamente del sur de España y que hasta entonces habitaban un barrio de chabolas en Montjuc. Esas viviendas fueron construidas con materiales de baja calidad que condicionaron su rápido deterioro. La mala conexión con el centro de El Prat y la falta de servicios básicos generaron un estereotipo de gueto social que se asocia con Sant Cosme desde su creación.

En 1970, un grupo de vecinos integrado mayoritariamente por las familias migrantes inició un movimiento de lucha vecinal para reclamar mejoras en las condiciones de sus viviendas y del barrio. La presión social, canalizada a través de la Asociación de Vecinos de Sant Cosme, hizo que en 1978 el gobierno municipal de El Prat aprobase el plan de reconstrucción de sus viviendas. El proceso se alargó durante 14 años y en él participaron, de manera activa, los propios vecinos al formular propuestas de diseño específicas para sus hogares en asambleas abiertas y reuniones.

Sin embargo, según recoge el estudio, las familias que se incorporaron al barrio en una segunda fase, a principios de los años 70, quedaron al margen de ese proceso de reconstrucción hasta el año 1993, cuando el Ayuntamiento decidió acometer la reforma de sus viviendas y de los espacios públicos. "Se acentuaron las tensiones entre residentes porque, espacialmente, acabaron divididos en dos grupos", ilustra Raquel Colacios.

Como se muestra en el estudio, un mismo proceso de reconstrucción física puede tener resultados muy diversos a nivel social dependiendo del grado de implicación ciudadana que se produzca. En Sant Cosme, las fases durante las cuales la participación de la comunidad fue más pronunciada produjeron un fuerte sentimiento de identidad comunitaria y orgullo que aún permanece hoy entre un gran grupo de vecinos. Por el contrario, la reconstrucción del sector más socialmente vulnerable y el diseño de los espacios públicos, en los que la participación de la comunidad fue débil o inexistente, no generó sentimientos positivos entre los vecinos, y solo exacerbó la división a través de la segregación espacial y una mayor dependencia de los residentes de la administración pública.

El artículo concluye que la gestión de la reconstrucción fracasó en el intento de integrar al vecindario debido a los diferentes niveles de participación de sus residentes, lo que resultó en una mayor dependencia, intensificó los estereotipos y, en última instancia, derivó en una comunidad cada vez más dividida.

Sobre UIC Barcelona School of Architecture.

UIC Barcelona School of Architecture es una escuela de arquitectura comprometida con el crecimiento intelectual, profesional y personal de quienes la forman. Un modelo docente que se fundamenta en la atención personalizada, el aprendizaje práctico basado en la integración de todas las áreas de conocimiento, la tecnología de vanguardia y un profesorado con experiencia internacional. UIC Barcelona School of Architecture forma a arquitectos capaces de afrontar los retos de la sociedad.

Más información:.

Marcos Doespiritusanto. Responsable de Comunicación de UIC Barcelona School of Architecture. T. +34 932 541 800 / mdoespiritusanto@uic.es / www.uic.es /. @UICbarcelona.